Concluida la gira Cuando te muerdes el labio, con los tres históricos llenos en el Wizink Center madrileño, que junto a los dos sold-outs anteriores suman la friolera de 75.000 entradas en un mismo recinto de su ciudad natal, y tras un periplo internacional que le ha tenido casi dos años en la carretera, Leiva ofrece un regalo de despedida, Sashimi, una canción que viene a ser una sonrisa, un guiño seductor, una estimulante manera de decir hasta luego.

Sashimi baila sobre el arcoíris que asoma después de la tormenta, rescata el sabor a miel que puede guarecerse en un mordisco y, como en el plato tradicional japonés, Leiva coloca, junto a las rodajas crudas, de corte fino, de su propia emoción, la aleta caudal de su sonido, que le hace reconocible no más suenan los primeros compases y comienza el relato de cotidianidades desavenidas que desembocan en un reconfortante estribillo que les quita hierro, las relativiza y las aplaca: problemas de verdad no tienes.

Pero además, Sashimi viene acompañada de un clip entrañable, único en la videografía de Leiva, compuesto por grabaciones de su propia cámara, una analógica Super 8, que redoblan la emoción de la canción con sus texturas añejas, deliciosamente vintage, y donde, en muchas ocasiones, es el propio Leiva quien sostiene la cámara.

Un emotivo viaje visual inside out de su vida actual, con metraje filmado en Japón, México, USA o España, que combina las vivencias propias de una estrella de la canción (camerinos, carreteras, estudios, escenarios y hoteles) con el cotidiano del tipo que le encuentra sentido a la existencia cuando sostiene una guitarra en el regazo, y al que podemos ver en la naturalidad del día a día, haciendo footing, cocinando, duchándose, bailando, o brindándole a la vida con amigos. Todo bosquejado, como la canción, bajo el aura de una sonrisa: tan suya, tan cruda, tan desnuda, tan personal y tan deliciosa como un sashimi de receta propia.

Sashimi fue grabada este mismo año entre los estudios Panoram de Ciudad de México y los Sonic Ranch de Texas, bajo la producción de Adán Jodorowsky, que también tocó el bajo, y que completó la banda junto al baterista Julien Boyé, el teclista Cesar Pop y la cantante Esmeralda Escalante, en tanto Leiva se hizo cargo de la guitarra acústica, la eléctrica, las percusiones y la voz.

Con esta canción y su personalísimo videoclip Leiva le pone broche a una gira, Cuando te muerdes el labio, que lo ha hermanado definitivamente con el territorio latinoamericano, convirtiéndole en un referente tan de México (donde llenó el Metropólitan de Ciudad de México, y hubo de cerrar gira en el mismísimo Auditorio Nacional) y de Argentina (en Buenos Aires comenzó haciendo su primer Gran Rex y terminó rematando en el mítico Estadio Luna Park), como de su propio país (como atestigua su despedida en la capital llenando tres días el Wizink, a lo que habría que añadir las otras dos veces que colgó allí el cartel de "agotadas localidades" durante el trascurso de la gira). Con todo, la constante ebullición de su creatividad nos traerá nuevas noticias de Leiva más pronto que tarde... Atentos a ese latido.