En una dinámica tan acelerada como la actual, se han perdido cosas tan sencillas como enviar mensajes "a la antigua". Pese a que la tecnología hoy en día es altamente dominante, nunca está de por demás recordar la cátedra que le dio Mario Vargas Llosa a todo aquel que imaginó, imagina o imaginará cumplir el sueño de ser escritor. Un mensaje atemporal que produce cualquiera cantidad de sensaciones en torno a tomar un papel, imaginar una historia, y plasmarla con una pluma durante minutos, horas, días, meses, años, o en una de esas, toda la vida. Cartas a un joven novelista de 1997.