La gratitud no solo es una virtud personal, sino también una habilidad esencial para los líderes. Al reconocer y apreciar los logros de nuestro equipo, cultivar un ambiente de agradecimiento y fortalecer relaciones basadas en la confianza y el respeto, podemos inspirar y motivar a otros a alcanzar su máximo potencial y crear un entorno de trabajo positivo y productivo.