Para los líderes, esto implica estar dispuestos a ajustar las estrategias según sea necesario. Es comprender que lo que funcionó ayer puede que no funcione hoy, y estar dispuesto a aprender y crecer constantemente. Quiere decir que antes que todo debo estar preparado para enfrentar cambios y adaptarme a ellos.
Una mentalidad flexible es esencial para la adaptación al cambio. Nos permite ver las posibilidades en lugar de los obstáculos, y nos ayuda a mantener una actitud positiva incluso en medio de la incertidumbre. También nos permite ser más receptivos a las nuevas ideas y enfoques, lo cual es crucial para la innovación y el crecimiento.
Es natural que exista resistencia al cambio. Como líderes, nuestro trabajo es reconocer esta resistencia y trabajar con nuestro equipo para superarla. Esto puede implicar proporcionar apoyo adicional, comunicarse de manera clara y efectiva, y asegurarse de que todos comprendan los beneficios del cambio.