¿Se imagina al Apóstol Pablo, cumpliendo el propósito y llamado aún estando en la cárcel? Sin duda que hubiese sido entendible si él hubiese pedido un tiempo de descanso mientras estaba en prisión, esperando su juicio. Pero no lo hizo, se mantuvo activo, cumpliendo su propósito de vida, que era anunciar la buenas nuevas, con el fin de que el evangelio avanzase.