Muchas veces el ataque a nuestros sueños, metas y proyectos no viene de afuera, más bien viene de adentro de nosotros mismos, de nuestros pensamientos negativos, de nuestras debilidades y defectos. Si queremos alcanzar esa meta o ese objetivo, debemos dejar de ser nuestro enemigo, dejar de autosabotear nuestros planes y volvernos aliados de nuestro proyecto de vida.