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Las personas mayores y su situación son un tema de constante preocupación para las autoridades canadienses, en el contexto de una población que desde hace tiempo viene mostrando un proceso de envejecimiento que parece cada vez más pronunciado.
La falta de mano de obra en algunos de los sectores más importantes de la economía y un número mayor de personas en edad de abandonar la vida laboral activa preocupan a los responsables, a la hora de determinar de dónde saldrán los fondos para pagar jubilaciones, asegurar la asistencia en materia de salud y, en general, responder a las necesidades de los mayores en sentido amplio.
Muchas personas aspiran a un nivel de vida elevado durante su retiro, algo que no siempre es posible. Foto: iStock.
A groso modo, los canadienses reciben sus jubilaciones por una combinatoria de recursos provenientes por un lado del área federal y, por el otro, de los respectivos sistemas de retiro en cada provincia, a los que aportan periódicamente una parte del salario que perciben mientras se hallan activos.
En el caso específico de Quebec, la agencia estatal que se ocupa del sistema previsional reconoció que la mayoría de los quebequenses no cuenta con una estrategia clara en cuanto a la suma de dinero que necesitará para vivir adecuadamente, una vez que ya no se encuentre trabajando.
Según Retraite Québec, las tres cuartas partes de las personas que habitan en la provincia no tienen objetivos claros en relación con los ingresos de los que dispondrán una vez que se jubilen.
Frédéric Lizotte, portavoz del organismo citado por la agencia The Canadian Press, sostuvo que la situación no es fácil de definir, ya que la noción misma de retiro “ha sido redefinida” en los últimos tiempos: en décadas precedentes, los canadienses sabían que se retirarían al llegar a los 65 años de edad, lo que una simple cuenta, a partir del dinero que habían aportado durante décadas al sistema de retiro, les permitía conocer la suma de dinero con la que contarían cada mes, una vez jubilados.
Una vida más larga demanda recursos mayores. Foto: iStock.
En la actualidad, no son pocos los canadienses que no tienen en claro si se acogerán al beneficio de la jubilación una vez alcanzado el piso de edad mínima para la misma de 65 años, si continuarán trabajando unos años más o, incluso, si comenzarán un proceso progresivo de retiro a partir de los 60 años.
En otros casos, numerosas personas optan por jubilarse del empleo al que se dedicaron durante su vida activa, pero abrazan una nueva actividad, que además de satisfacer una aspiración personal, les permite sumar un ingreso a sus bolsillos.
Si bien un piso de remuneración es asegurado por el Régimen de Rentas de Quebec y el programa de Seguridad de la Vejez, el monto percibido puede ser insuficiente en el caso de personas que tengan aspiraciones de gastos muy elevadas o que, por diversas razones, no hayan aportado durante una cantidad suficiente de años como para asegurarse el dinero al que aspiran. Esta última situación no es extraña en un país como Canadá y una provincia como Quebec, donde una porción de la población está constituida por inmigrantes y refugiados que, en el algunos casos, llegaron siendo mayores, provenientes de países que no tienen un acuerdo con Canadá o la provincia respectiva para el reconocimiento de los aportes efectuados en sus países de origen.
Preves objetivos, medios y recursos es una tarea esencial, según los expertos. Foto: iStock.
Necesidad de planificación
En Canadá, la edad mínima para acceder a la jubilación es de 65 años, calculada a partir del primer mes después de que la persona llegó a la misma. Paralelamente, es posible acceder a una pensión reducida a partir de los 60 años.