Cada ciclo que abro o se abre para mí, es una posibilidad de crecer.

Cada ciclo que cierro con el propósito de cerrarlo adecuadamente es un paso que doy en el aprendizaje de decidir conscientemente.

A medida que aprendo, voy encontrando cuál es mi misión y me voy dando cuenta que en buena parte yo la voy creando.

TUMOR MALIGNO. CÓMO CIERRO UN CICLO QUE YO NO ABRÍ 

Una muy querida amiga, acudió hace unos días a su médico para el chequeo anual de rutina. El resultado de los exámenes: tumor maligno. Cáncer de mama.

A la sorpresa siguió la tristeza, luego la angustia… y la ira…

Suele la cabeza convertIrse en un acérrimo enemigo: a

Esta circunstancia apareció a mi amiga como un ciclo que se abrió para ella, pero que ella no abrió.

- ¿Qué puede hacer?

CÓMO CERRAR UN CICLO QUE YO NO ABRÍ

Nos vemos con sobrada frecuencia involucrados en ciclos abiertos que nosotros no abrimos y que, sin embargo, solo nosotros podemos cerrar.

¿Cómo cerrarlos?

· Descubramos el PROPÓSITO nuestro, por el cual nosotros estamos involucrados en ese proceso y utilicemos ese propósito:

+ Para evaluar si el mantener el ciclo abierto nos beneficia o nos perjudica y si estamos dispuestos a esforzarnos por llevar a conclusión el propósito.

+ Para saber cómo cerrar si es el caso y, finalmente

+ Para actuar adecuadamente en función de cerrarlo,

· En este caso TRASPONER MI PROPÓSITO

¿Cómo cerrar un ciclo abierto cuando el propósito no nos beneficia, no nos interesa o no estamos dispuestos a esforzarnos por hacer realidad el propósito para el que fue abierto?

Una forma es TRASPONIENDO el objetivo inicial a otro que sí nos beneficie y estemos dispuestos a trabajar por concluirlo.

Cambiar el objetivo implica desapegarnos del propósito inicial. Esto resulta fácil cuando no está implicado el apego a situaciones emocionales, a recuerdos, a hábitos, a intereses, a creencias, a dependencia…

Este episodio es un borrador y nadie más que usted puede escucharlo.

Cada proceso inconcluso tiene sus propias circunstancias y sus propias experiencias; no hay una fórmula para cerrar ciclos. Sin embargo, hay ciertos patrones comunes que permiten ensayar un procedimiento. Sigue estos 5 pasos:

1.- Identifica el ciclo abierto.

2.- Identifica el propósito por el que el ciclo fue abierto.

3.- Toma tu propia responsabilidad personal en él.

4.- Evalúa y decide si quieres intentar cerrar el ciclo de manera natural o ese propósito ya no tiene valor para ti.

5.- Actúa en consecuencia trazando una estrategia y comprometétete en uno u otro caso.

Una vida monótona, sin sentido, sin un propósito, sin actividad creativa, solo pasando por ella, es vivir como almas en pena

Generamos energía transformadora vital cuando intentamos hacer que el propósito del proceso que iniciamos llegue a ser realidad. Esto nos revitaliza y nos rejuvenece.

Mientras vivamos, sin importar la edad, nuestra vida tiene un sentido. 

Este acontecimiento abre para mí un proceso, un ciclo.

La entraña y la mente en complicidad tienden a fijar un propósito doloroso y destructivo que defina el rumbo y sentido que le dé yo a mis actos.

Pero puedo usar este evento a mi favor...

Lo que nos da energía no son los ciclos abiertos o cerrados, sino el propósito para el que se abrieron y, sobre todo, el esfuerzo, nuestros actos, nuestro intento por cerrarlos realizando ese propósito

Cuando cierres un ciclo importante, no te conformes. La vida se acaba hasta que se termina. Abre un nuevo ciclo y asegúrate de poner tu empeño en llevarlo a conclusión; dale un rumbo y un impulso a tu vida, sé un joven con años. Vive vivo.

En un “moridero” de la Madre Teresa de Calcuta encontré a un hombre muerto en vida.