Hay vínculos ligados a la conciencia, lazos que la sangre establece sin pedir permiso, sin preguntar simplemente una baraja del destino te pone justo ahí en el líquido seminal y el ovario; los dos excitados por razones y situaciones que de momento no entendemos, pero que generan el Bing ban, o la explosión orgásmica que nos deja ahí, a nueve meses de un mundo que nunca alcanzaremos a descubrir.