Las empresas son sistemas organizacionales donde se producen multiplicidad de interacciones diarias. En estos entornos, están a la orden del día los conflictos, que pueden tener carácter destructivo y afectar directamente al ambiente laboral, la productividad, rentabilidad, la cultura de la empresa y la retención del talento, o pueden ser dinamizadores e inductores del cambio.
Implantar un sistema de gestión de la conflictividad, permite generar un recurso al que los miembros de la organización pueden recurrir para gestionar las situaciones de conflicto y resolver sus diferencias interpersonales.
Dicho sistema de gestión nos permite la prevención y la detección precoz de situaciones que pueden llevarnos a un conflicto ente miembros de la organización.