La paz de Dios es la que se encarga de guardar nuestros corazones y pensamientos. Esto nos hace confirmar entonces, que la paz tiene mucho que ver con nuestro estado mental. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. (Gálatas 5: 22)