Todos hemos experimentado a lo largo de nuestras vidas de una u otra manera el amor. El amor de nuestros padres, esposa, hijos, hermanos y amigos. Y cuando nos sentimos amados y amamos, nuestro corazón se rebosa de alegría. ¿Cuántas cosas no podríamos decir del amor humano?, pero ¿qué podríamos decir del amor de Dios?