Share Meditaciones Guiadas con Mataji Shaktiananda
Share to email
Share to Facebook
Share to X
By Mataji Shaktiananda
5
33 ratings
The podcast currently has 150 episodes available.
Alcanza a mantener una respiración firme y consciente,
Que cada respiro te diga algo,
Haz que cada respiro poco a poco
¿Cómo asimilas cada pausa, cada espacio?
Miles de kilómetros de distancia
De ahí que este momento,
Por eso puedo decirte hoy desde aquí,
Y estamos ahí, siendo lo que somos,
Valora tu respiro,
Respiras, respiro y respiramos,
Gracias por permitírmelo.
Respiramos ahora, reconócete,
Om Namaha Shivaya.
¿Me cuentas cómo estás?
Respira con serenidad, siéntete tranquilo,
Respira sintiendo eso.
Que tu respiro guíe, atiéndelo bien.
Tienes que producir calma, quietud, silencio.
Y estás en silencio.
El respiro, el que produce todo,
Haz que el respiro sepa contener
Muévete hasta donde podrías recordar
Haz que el respiro te haga sentir lo vivo que estás.
https://shaktianandama.com/2024/09/11/meditas-para-amarte-y-restarte-maldad/
Concéntrate.
Se trata de que te centres en ti,
priorizando atención en el respiro.
Que se imponga tu respiro consciente,
ante cualquier pensamiento de inquietud,
ansiedad, duda.
Calma todo respirando.
Aventúrate a jugar con tu respiro,
con tu capacidad, tu intención, tu voluntad.
Observa cada respiro,
cómo lo produces, qué te produce.
Y sabes bien que tanto.
Ya sabes lo que es respirar en este planeta,
nutrirte de esa sustancia, el éter dispuesto.
Y no te evadas en lo absoluto, mantente ahí.
Quien medita para evadir, no alcanza logro.
Tienes que atenderlo todo.
Respiro a conciencia, conciencia en respiro.
Y te vas aplacando, sosegando, tranquilizando.
Y el pensamiento no cesa, pero respira igual.
Cada pensamiento respira, lo llevas ahí.
Esta exacta y perfecta
funcionalidad física es para eso.
Y es como si te fueras vaciando, alivianando,
sin medir sensación, sentimiento,
sin buscarlo tampoco.
El arte es hacer coincidir la mente y el respiro.
Que se encuentren, que se conozcan,
que profundicen hasta aceptarse.
Y tendrías que permitirlo todo, que se brinden,
que se ofrezcan, que exista comunión, fuerza.
Y la mente se luce, espléndida como es,
atendida como se siente y amada como debería.
Y el respiro, toda tu fuerza vital,
más que tu salud, más que tu anhelo,
más que tu verdad.
Y eso es lo que tu respiro da a lo que tu mente es:
sabes tu verdad.
Es que tu mente no quisiera nada más,
ni tampoco necesitaría nada más.
Si eso hicieras,
respirando siempre así, sabiéndote así,
ni te imaginas lo que tu mente fuera,
el receptáculo más precioso de lo que eres.
Por eso necesitas saberlo,
saber quién eres, saber qué quieres, saber ser.
Y respiras.
Tu mente no necesita más que la verdad que eres,
no necesita nada más.
El asunto es:
¿qué tanta verdad eres?
Y por eso respiras.
Y la comunión permanece ahí,
con tanta concentración, con tanto respeto.
Es cuando habitas lo que tu Conciencia es,
lo que está tan profundamente en ti,
en lo que habita todo de ti, en esa, tu conciencia.
Tan sabia como es, tan exacta,
y que simplemente refleja lo que eres,
lo que contienes, lo que anhelas, haces, todo.
La que te permite tanto y más.
Y la que sabe lo que hoy sabes
y hoy no niegas más.
Esa instancia tan inherente,
tan de ti, tan por ti, tan contigo.
Eso que alienta tu esencia,
en lo que tu misma conciencia es.
Eso que traduce silencio, manifiesta gozo,
ampara, sostiene, refuerza,
invita la presencia toda,
la presencia que Es.
Y ya casi sin respiro, sin sonido alguno,
sin pregunta ninguna,
lo que existe sin nada ser en ti,
la Divina Conciencia, el Todo que eres.
Es la conciencia quien respira, respira en ti,
y estás ahí, siendo Nada.
Y a la vez, es tanto, tanto, tanto.
Si es que te provoca, manifiéstale algo:
Conciencia mía, Ser Todo, respira en mí.
Atiéndeme siempre.
Hazme ser más de lo que soy,
para saber y poder trascenderlo todo.
Conciencia mía, sé en mí, dame fuerza.
Conciencia mía,
toma mi respiro y llévatelo de aquí.
Respira profundo, atendiendo todo, todo cuanto te habita.
Y respiras más, sabiendo, sintiendo ya,
que alguna verdad eres
y que está ahí al alcance de tu mente.
Respira más y siente ya el amor que te guardas.
Y respira más, para que expreses gratitud
y se expanda en tu conciencia
y cada vez puedas alcanzar
más estados infinitos de ti.
Vela por ti, atiende tu Ser,
manifiéstate en verdad,
agradécete siempre y ámate más.
Om Namaha Shivaya
Con tu propio respiro invoca a tu Ser,
lo que sientas eres, lo que creas eres,
pero más, lo que realmente eres.
Y observa tu respiro, su cualidad,
y mucho te dirá de lo que eres.
Haz una abstracción, sitúate,
reconoce el propósito, la intención de estar aquí,
de ser quien eres y lo que de verdad quieres.
Hazte en ese manifiesto,
déjalo saber, siéntelo, pero más,
propón, bríndate, haz tu entrega.
Es cuando se activan tus filamentos,
los que se desprenden de ti e igualmente te llegan.
Es cuando abres circuitos para lo que esto es,
y según tu sensibilidad, tu percepción,
sabes cuánto activas, partiendo de lo que sabes,
todo es energía, y ese tu respiro, lo es.
Por eso lo atiendes así,
lo utilizas para lo que esta conexión es,
para lo que logras en ti.
Es que no hay otra forma.
Imagínate quién eres
que diste con la forma que Es,
y lo que anhelas,
en comunión con cada fotón activo,
en tu sentida y voluntaria propuesta,
en tu hermosa y profunda acción.
Y esa tu entrega, sin resistirte,
haciendo el ejercicio de comunión
con lo que tu mente es, sin temerle.
Modulas todo, debes creerlo.
El recurso, ese tu respiro.
Vas conteniendo, soltando,
sosteniendo, considerando
y expandiéndote en la fuerza que eres.
Es saber modular lo que piensas,
que no te ataque, que no te agreda,
y lo brindas, desde la fórmula perfecta
que el Ser expresa:
esto soy, esto soy, esto soy.
¿Qué más hermoso que tu verdad,
asumida en ti, presente en ti, abierta?
Respiras eso, lo que tu verdad es,
en la proclama de ti,
sin exaltación, con humildad:
esto soy.
Respiras esa verdad con serenidad,
con sinceridad, con amabilidad.
Esto soy.
Lo que proyectas, recibes,
dentro de lo que los circuitos son.
Y presientes tanto,
más que esta serenidad, esta calma,
este respeto propio, esta actitud.
¿Qué más sería? ¿Qué más quieres?
¿Qué más necesitas?
¿Qué más esperas?
El respiro se encanta de lo que logras,
de cómo vibras, de lo dispuesto.
Es cuando permites que lo que la Conciencia es,
sea en ti, sabiendo lo que eres en la Conciencia,
sabiendo lo que entregas
y lo que te dispones a recibir.
Lo que se experimenta,
absolutamente nada, más allá de la quietud,
de la presencia misma, de la voluntad expresa,
del amor intrínseco, de la verdad dada,
de la realidad presente.
Nada.
Nuestra conciencia así, con propiedad,
sin arrebatamientos, acechos,
tensiones, malintenciones.
No existe nada de eso,
¿ante qué se presentarían?, si nada hay.
Ni te escondes, ni ignoras, ni temes.
Inmutabilidad.
Conciencia en amor,
verdad ganada, voluntad de entrega.
Renuncia a este fracaso.
El éxito de tu Ser,
la cuenta regresiva a tu retorno
y la vía al Ser, inmersa en ti.
El no respiro, y te habla el silencio,
te abraza el gozo, no te limita nada.
Considera esa fe.
Existes en conciencia
porque sabes que es lo único que Es.
Respira con la fuerza que sientas,
con el presente que existe,
y cómo existes en este presente.
Te atreves a confiar, a ser solo tu verdad,
a coincidir como Es y con quién Es,
y te propones más y, por sobre todo,
agradeces inmensamente.
Respiras a profundidad,
con encanto y alegría.
Esta es tu oportunidad,
no la pierdas vida mía.
Agradece al Ser,
agradece a la conciencia,
agradece a tu respiro
y más aún a tu voluntad,
la que creó todo, a conciencia,
en conciencia, por la conciencia y para la conciencia.
¿Qué más?
Respira.
Om Namaha Shivaya
Atiende solo tu respiro, concéntrate.
Siempre que respiras, respiras tu fuerza,
Haz que cada respiro sea consciente, profundo
Siempre ayuda un poco visualizar, imaginar,
Todo eso a voluntad,
Y el respiro se hace sutil, imperceptible,
¿Cómo se hace? , dirás.
Es con esa fuerza que resistes
Y respiras eso, igual.
Lo que se trata es que equilibres,
¿Qué se hace con eso?, dirás.
Respiras, todo, te respiras todo.
Cuando te atreves, lo otro se potencia.
No es cuestión que lo sientas,
Respira a plenitud,
Cuanta verdad eres, cuanto amor tienes.
¿Cómo va tu respiro?
Amado mío, bendícete ante tales males.
Amado Ser,
Nuestra cita, como bien lo sabes,
Y ante tu respiro y tu aliento,
Conjuga eso y elabora cada respiro.
Bien sabes que el aliento también se forma, se formula,
Entiende que esta es tu forma más perfecta
Te sabes manejar.
¿Qué más?
El respiro ayuda,
Y va ocurriendo
Como te he dicho, ¿qué es lo que ocurre?
Y ocurre tu Ser,
Y el respiro que se transforma,
Está el espacio tan internamente dado,
Y ocurre. Y ocurre.
Y el respiro que ocurre,
Suspéndete.
Respiras profundo y retomas.
Respira a profundidad y hazte presente.
Om Namaha Shivaya
Haz cada respiro consciente,
sabiendo exactamente lo que inhalas,
cómo y qué retienes,
y lo que quieres expulsar,
exhalando también a profundidad, vaciándote,
y más consciente aún, de lo que te llenas.
Este aire que hace atmósfera,
este prana que alimenta vidas,
estos vientos confusos que hacen,
que forman, tantas corrientes de creencias,
de pensamientos, de ideales y hasta de esperanza.
Decide bien de qué quieres llenarte.
Qué de todo lo que existe, decides tomar.
Cómo ha sido que este planeta,
sea tu propia creación.
¿Qué crees se mantiene ahí
todavía puro, respirable?
¿Y qué está contaminado?
¿Con qué fluidez, aceptación, respiras todo eso?
¿Qué percibes cuando respiras así?
¿De qué te impregnas?
¿Qué encuentras en medio de todo esto,
para lo que quieres en ti?
¿Sabes ubicarte en todo este espacio,
tan inmenso, tan poblado y hasta denso?
¿Sabes estar ahí, guardar posición,
reconocerte en ti?
Y el respiro que aquieta,
que aunque imagines paisajes,
revivas situaciones, te pierdas en extensiones,
estás ahí, en ti.
Que logres estabilidad así como serenidad,
mezcla de reposo con quietud.
Reposas en ti.
Tu Ser quiere estar quieto, y lo logras.
Y es el respiro tan profundo y consciente.
Y haces acuerdo de olvido,
aunque sea en instantes,
y permaneces ahí, en quietud.
Y esa mente que te respeta.
¿Te respeta tu mente?
¿Le has dado aviso que debe ser así?
Que acata un principio
que desde siempre existe en ti.
Que ha sido creada para eso,
y que lo que tú recreas, debería ser también,
para ganarte tu respeto.
Y respiras con sumo respeto.
Es cuando tu mente se regocija
por el respeto que le tienes y responde,
se percibe, se acalla, se sensibiliza
y se ordena como nunca.
Y se guarda, se guarda respeto por ti,
por lo que piensas, por lo que elaboras,
por lo que aspiras, por lo que ansías,
por lo que amas.
Y sabe que amas estar así,
es un acto de respeto hacia ti, por ti,
por lo que crees eres, por lo que crees sentir,
por lo que de verdad quieres.
Y el respiro tan quedo, tan equilibrado,
imperceptible, insonoro.
Porque asimismo cuidas tu respiro,
lo respetas para que el equilibrio ocurra,
y sepas y puedas mantenerte aquí,
en donde los aires no parecen ser de respeto,
al contrario, se dan a violentar,
a transgredir, a profanar lo que existe así,
al más profundo y amoroso
sentido del respeto.
Respiras y no observas alteración,
aún cuando sabes lo que te rodea, lo que acecha,
lo que aún no responde a lo que Es.
Y desde lo que respiras te propones,
que todo lo que exhalas,
es para el restablecimiento de lo que el respeto es.
Porque te has conocido y te has comprometido
a expandirte, a sostener solo lo que bien guardas,
cuidas y acrecientas,
en la forma en que tu conciencia se expone
y se permite respirar.
No existiría otra razón más que expandirte,
pronunciarte, accionar y ser Eso,
lo que existe como
reflejo de lo que la Conciencia es.
¿Dónde la ubicas?
Entiende bien, en lo que respiras en ti,
en cómo lo respiras
y el respeto que guardas por eso.
Si no ocurre, esfuérzate más,
entiende más, percibe más.
Todo aquí, todos aquí, merecen
el más profundo respeto.
Y aunque veas tal zozobra,
tal descontrol, estas formas adquiridas,
producto del egoísmo y las ansias de poder,
no te contamines, respétate,
amándote así, respirando así, expandiéndote así.
Si no, caes.
Respira profundo, soltándolo todo,
evaluando si quieres, lo que has hecho.
Si has podido, si has querido, si sabes.
Proponte ganar aún más respeto,
sabiendo lo carente que está, lo perdido.
Prométete no perderlo jamás,
no te pierdas el respeto,
aliéntate siempre a ser más,
a conectarte en ti, a no mentir,
y esfuérzate porque tu respiro
sea en bien, sea en luz.
Que tu mente sea sana,
abierta, despierta y amorosa con tu Ser.
Que respete tu Ser.
Respira más, agradécete, confía siempre,
y lo más, sé verdad.
Om Namaha Shivaya
Busco mantener una respiración sutil,
sublime, suave,
ponderando y balanceando mis aires internos,
y eso lo logro respirando conscientemente,
buscando que mis pensamientos no me invadan,
no interfieran, no hagan ruido.
Más bien, busco un sonido propio,
el de mi propio silencio, el que nada dice.
Respiro a profundidad, a conciencia,
y buscando ahí el respiro perfecto,
el que me estabiliza y me hace sentir bien,
estable, muy estable,
tanto, que puedo confiar en mí,
en sostenerme en certeza, en ímpetu, a voluntad,
en el propósito que busco y cumplo.
No tengo mas que hacer en este momento,
que servirme en luz, reconocerme,
e ir aceptando todo esto que soy,
y buscando más, procurándome
estos momentos de plenitud,
en los que me siento, me guardo,
me observo, me contemplo,
me escucho, me pronuncio
y me siento en confianza de estar en mí.
Me doy toda la confianza para estar en mí.
¿Qué podría significar eso?
Y es cuando pareciera
que puedo detener el tiempo,
ocupar mi espacio, sentirme y saber quién soy.
No habría más.
Hacer este ejercicio propio,
en el que me brindo toda mi confianza,
a pesar de lo que puedo creer,
incluso sentir, de mí.
Prescindo de mis temores,
y me propongo en entrega,
y respiro en confianza.
Sé que debo, puedo y quiero hacerlo.
Es todo tan vital, tan necesario.
He aprendido a respetar esto,
reconociendo y valorando,
desde dónde pude hacerme en esta verdad,
todo lo que vencí y lo que aún me falta.
Pero mantengo la propuesta,
que es como una promesa
a la que me debo y me quiero cumplir:
saber esto que soy,
saber aceptar esto que soy,
amar esto que soy.
Por eso respiro,
para proponerme cambios sustanciales,
vislumbrarme cada vez más,
intuir lo que quiero
y, en muchas formas, comprometerme,
hacer propósitos, no escaparme más,
no mentirme, no evadir,
y muchos menos ocultarme, negarme.
Y no es que busque reafirmaciones o validarme,
más bien, que todo lo que soy,
desde donde soy, sea verdad, mi verdad.
Que no apele a falsedad,
excusa, a ninguna mentira,
ni me extreme en nada.
Que no me venza el dolor,
la decepción ni la frustración,
al contrario, por eso respiro así,
para tener, para ganar fuerzas,
de las que contengo, de las que produzco,
siendo quien soy.
Ni es un acto aislado ni egoísta,
esta forma de permanecer, de pertenecerme,
porque sé además, que soy del Ser,
nada es de mí, nada.
Y más egoísta es no saberlo, negarlo.
Respiro sabiendo que no guardo complejos,
y que ni me exalto pero tampoco me disminuyo,
considero mi fuerza, considero mi voluntad,
y sostengo mi propósito de ser.
Respiro y me alcanza la calma
que da el sentirse bien.
Respiro en bien, respiro en la mayor proximidad,
de lo que mi luz es.
Esta calma, este silencio y hasta este vacío,
que solo se llena así, expandiéndome.
No existe nada más firme,
más poderoso, más útil
y más esperanzador,
que saber sostener el respiro,
en la forma de comunión,
con la Conciencia que Es,
y establecerse en ese circuito interno,
que se extiende hasta ahí, hasta el Ser todo,
conciencia pura, silencio exacto,
insondable vacío, la Nada:
lo único que existe, la Nada.
Y saber hoy, saber ya sostener eso, es tan valioso.
No temerle, no ignorarla, más bien presentirla,
con exactitud, con confianza.
Confío en lo que la Nada es.
Amo lo que la Nada es.
Me extiendo ante lo que la Nada es.
Nada temo, porque eso soy.
¿Qué más quiero querer ser?
¿Qué existe más profundo,
más consciente que eso?
Cada vez podré alcanzar más confianza,
por eso mi plan es disolver, resolver,
y actuar como Es.
Que cada acción contemple lo que soy
desde la verdad de mi manifiesto,
el que cada vez hago más consciente,
más en acople y más perfecto.
No oculto el temor, lo resuelvo.
No oculto mi sombra,
la disuelvo en acciones de luz.
No me desentiendo, asumo todo.
No me acomodo, produzco todo lo que cuente
para lo que debo ser y hacer.
Estoy consciente.
Respiro a profundidad
y me hago en la fuerza propia,
a la que respondo siempre,
desde esto que soy y que aspira
cada vez ser más.
Aspiro al Ser.
Aspiro al Ser.
Om Namaha Shivaya
Busco mantener una respiración sutil, sublime, suave,
Respiro a profundidad, a conciencia,
No tengo mas que hacer en este momento,
¿Qué podría significar eso?
Prescindo de mis temores,
Por eso respiro,
Y no es que busque reafirmaciones o validarme,
más bien, que todo lo que soy,
Ni es un acto aislado ni egoísta,
Respiro sabiendo que no guardo complejos,
Respiro y me alcanza la calma que da el sentirse bien.
No existe nada más firme,
Y saber hoy, saber ya sostener eso, es tan valioso.
https://shaktianandama.com/2024/07/10/no-oculto-el-temor-lo-resuelvo/
Concéntrate en la respiración,
El momento lo hace tu acción,
Así que respira a toda voluntad, a todo propósito,
Hagamos un juego,
Y dirás, ¿para qué?
El respiro establece el juego.
Y así vas haciendo consciente
The podcast currently has 150 episodes available.