Share Meditaciones Guiadas con Mataji Shaktiananda
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By Mataji Shaktiananda
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The podcast currently has 154 episodes available.
Refléjate en tu respiro y haz que él
se refleje en ti, por lo que deberías
concentrarte solo en tu respiro,
observarte bien.
Con cada respiro ve atendiendo cada parte de ti,
que no exista tensión ni malestar, ni molestia.
Entrega tu físico, deposítalo ahí,
en el espacio que ocupas.
Que cada respiro te ayude.
Observa cómo has avanzado,
si existe facilidad o, por el contrario,
te contraes, se te dificulta.
De ser así, respira más,
con tal sutilidad, no emitas sonido,
ni te ocupes en movimientos,
inmóvil, silencioso, sostenido
y en cierta forma liberado.
Si la mente te ocupa,
libérala también con cada respiro,
sin anular, sin sofocar,
sin inhibir ningún pensamiento
tan solo permite que fluyan.
Que todo transite a través de ti
y que no haya atasco, demora,
traba, bloqueo.
Haz que el respiro te libere
de cualquier tensión, inquietud, inhibición.
Nuestro cuerpo, nuestra alma aquí,
en libre tránsito, en perfecta elección,
en tiempo medido, en configuración exacta,
en petición de amor, en tarea.
Y el respiro que te dice
ni más ni menos lo que tienes que hacer,
cuándo, dónde, cómo y hasta qué momento,
cuando decidas cesar.
Te llenas brevemente y te vacías ampliamente.
Nuestro cuerpo y nuestra alma aquí,
conscientes hoy, y todo lo que ocurre,
y todo lo que está pasando,
y todo el planeta activo,
sofocando el vértigo,
atestiguando la destrucción,
padeciendo la inconsciencia,
resistiendo la inconformidad
y brindando todo.
¿Qué te falta?
¿Qué no existe?
¿Qué no encuentras?
¿Qué exiges?
¿Qué tomas?
¿Qué das?
Tu cuerpo y tu alma
en este depósito de conciencias
-los más, sin saber aún qué hacen aquí,
qué o quién los depositó,
con qué plan, qué objetivo, cuál propósito-,
siendo más que un recurso,
conteniendo más que una esperanza,
manifestando más que la vida misma.
Y el respiro quedo, silencioso, sosteniendo,
aliviado, sabiéndose en el estadio perfecto,
para esta elevación.
¿O prefieres quedarte en el depósito?
Haciendo bulto, siendo usado,
contabilizado, detectado, manejado.
¿Quién te saca de aquí?
¿Quién se va a atrever?
¿Quién se hartó ya?
¿Quién quiere renunciar?
¿Quién se niega a matar su tiempo?
¿Quién avista su libertad?
¿Quién ansía ser más?
El respiro cesa, el cuerpo ni pesa,
y el alma tampoco.
El respiro brinda su aliento,
tan interno.
Y los misiles caen,
y los cuerpos caen,
y quien ejecuta, nada sabe.
Y de alguna forma, quien cae, te libera
y tú liberas a quien cae,
y se manifiesta la conciencia,
y estás ahí, eres ahí, respiras ahí.
Nunca más elijas este depósito,
hazte propósito, recuerda más,
recuerda ésto y acuérdate de Aquello.
Retorna al principio,
aquí nunca habrá final y menos, gozoso.
Aspira a tu Ser.
Aspira Gloria.
Aspira paz.
Nunca más.
Recoge tu respiro,
atiende tu alma,
retorna a tu cuerpo,
abre los ojos, estás aquí.
Considera eso.Ve lo que pasa.
Considera eso.
Respira profundo,
restablecete aquí y ahora,
retoma fuerzas y recuerda:
sé más.
Agradécete.
Om Namaha Shivaya
Visualízate un instante ahí donde estás,
debes saberte en tu compañía.
Así que respira, revisando bien tu respiro,
qué tan fluido, qué tan apacible.
Revisa brevemente tu mente,
y si la notas inquieta, rebelde, resistente,
ofréndale tu respiro, hazla partícipe
de la más vital experiencia humana.
Lleva tu mente al respiro y haz que se sosiegue.
Que si interrumpe, sea oportuna,
sea fiel, sea consciente.
Obsérvate y no sobre respires
ni suspires, ni hagas ruido.
Busca un estado superior, domina tu cuerpo,
atiende tus pulsos, percibe tus latidos,
haz silencio, el silencio se hace.
Sigue observándote, sigue respirando,
sigue ejercitando esto que es único:
compenetrarte contigo,
encontrarte contigo, dar contigo.
Y así te vas asistiendo en lo que requieres,
y créeme, lo que más quieres, es a ti.
Así que respira así, sabiendo que quieres eso.
Entonces, ¿cómo no vas a ser sutil,
amable, amoroso contigo?
Si eres quien te sujeta,
quien te alienta, en ese tu aliento,
tan impecable, tan perfecto.
¿Y del encuentro qué?, dirás.
¿Qué debo encontrar en mí?
Y lo sabes bien.
Cuando puedas, todo,
cuando quieras, nada.
Y estás ahí, creyendo estar,
si no, ¿dónde estarías?
¿Haciendo qué?
Entiende bien, lo que haces estando así,
concibiéndote así, es registro de ti.
Es cuando nada más
se hace presente, ni nadie más.
Es tu contacto, es la manera de saber
qué te determina, quién estás siendo,
qué estás haciendo y qué vas a hacer.
Ese es el registro
y lo conjugas en tiempo-espacio.
Imagínate entonces la profundidad,
todo lo que necesitas de ti,
y saber que simplemente es el respiro,
así, consciente, abierto.
Dirás, ¿qué registro?
Y registra cada célula,
cada filamento, cada chakra,
tu energía toda.
Registra.
¿Para qué?, dirás.
Y lo sabes:
todo depende de ese registro,
de lo que tu percepción es,
de lo que tus contenidos son,
lo que eres.
Y respiras haciéndote cada vez
más consciente de eso.
Te propongo algo:
¿qué quisieras registrar hoy?
¿Qué necesitas registrar?
¿Qué te urge?
Y deja que eso se exprese, de la forma que sea,
en tu más puro interno.
Y regístralo ahí en ese respiro
y en los sucesivos, a conciencia,
sin alterarte, a plenitud, confía en ti,
percíbete, reposa eso.
¿Qué quiero registrar hoy en mí?
¿Qué necesito registrar hoy en mí?
¿Qué me urge como registro?
Y abarca más:
¿qué quiero extinguir de mis registros?
Esos que ya me abruman, me aturden,
ya no guardo espacio en mí ni los necesito.
He aprendido más, he sabido más,
me he amado más.
No importa que no atines ni a un pensamiento,
el respiro lo hace.
Y el respiro se suspende y te sostienes.
Es fabuloso, eres fabuloso.
Mi amado Ser,
tan firme, tan voluntarioso,
¿cómo no hacer registro de ti?
Y juntamos conciencias
y se fortalece este foco,
al que asistes y te asiste.
Y respiras para el registro mayor:
me amo todo, aquí, hoy,
siendo quien soy.
Y sé que todo ese amor es el Ser,
nada es de mí.
Respiras profundo,
consciente de ser, de estar
y te agradeces, te bendices, te comprometes,
y te ofrendas a ti, a tu Ser.
Y te guardas en ese registro
que es para siempre.
El amor es para siempre.
Om Namaha Shivaya
Que nuestra cita sea productiva, como siempre,
Solo imagina lo que este amparo es hoy,
Partiendo de eso, respira conscientemente,
Verás cómo el respiro se libera,
El respiro consciente que te acompaña,
Nada ocurre, nada cuenta,
Es cuando te propones que toda acción guarde
¿Qué sientes? ¿Qué dices?
Es cuando logras sentirte bien.
Y saber que es una corriente, una constante
(...)
Seguir leyendo: https://shaktianandama.com/2024/10/23/cuando-eres-en-bien-superas-todo/
Concéntrate en el tono y en tu respiración.
Perdona hoy nuestros recursos,
pero es lo que tenemos.
Así que atiende tu respiro,
haz respiraciones profundas, conscientes,
sabiendo bien por qué respiras,
y si realmente quieres, te provoca, lo disfrutas,
y logras permanecer ahí en ti,
buscando serenidad, calma.
Practica fervientemente tu mirada interior.
Que te baste permanecer así,
con tus ojos cerrados, sin tensión,
y observando ese espacio,
que contienes y te contiene y que es tan de ti,
y, a la vez, de la nada.
Intenta con tu sutileza, con tu aliento,
con tu libertad, estar ahí,
produciendo poco a poco,
toda esa calidez que sientes de ti,
el bienestar que logras,
la aceptación que se te da,
desde lo que tu respiro es
y ante lo que eres.
¿Qué más eres?
¿Qué más quieres ser?
Respira para eso y obsérvate,
sabiendo que es más que una sensación,
expándete, haz que todo lo que te recorre,
sienta la vida, tu vida, que es la vida que Es,
mientras pasa la otra.
Que nada te llame,
nada te agite, te reclame ni te escandalice.
Céntrate en tu respiro, en tu conducto abierto
y en el Ser que eres.
Haz que uno a uno tus respiros te eleven,
te conduzcan, y reconozcan tu Ser.
Haz que tu respiro reconozca tu Ser,
así como haz que tu Ser,
reconozca uno a uno tus respiros,
y establezcas la comunión que Es,
con exactitud, con esta apacibilidad
que logras estando así, tan en ti.
¿De qué vienes?
¿Qué te está pasando?
¿Qué estás esperando?
¿Cuál es la circunstancia de hoy?
¿Existe inquietud o, al contrario,
hay tranquilidad?
¿Hay seguridad, certeza, o qué?
¿En qué está tu atención hoy?
Y es que produces tanto, ocurre tanto,
se mueve todo,
y a veces sabes por qué y otras no.
Respira. Respira. Respira.
Ya este hecho, ejecutar este acto,
posarte así, atender la constante,
abrirte para eso, atender tu Ser,
respirar en sosiego y percibirte,
en todo sentido, más, desde tu mente.
Considerar lo que piensas
y lo que eso te hace sentir,
estimar tu sendero, ocuparte en eso,
es más que relatarte la vida,
contar contigo, narrarte el suceso,
contener el Ser.
Eso es la vida.
Así como la vives, como has querido,
en lo que tu encuentro ha sido,
las ganas que ya no se te quitan,
al contrario, crecen.
Y te vas satisfaciendo,
esto que parece un delirio.
Y te contentas y te entristeces,
y te preguntas y te respondes,
y te ilusionas, y te guardas en pedimentos,
y te entregas en atenciones,
y estás ahí, siendo tan tú, siendo tú.
Me elegiste y te acompaño.
Te elegí y me acompañas.
Esta es la vida y la estamos respirando.
Venimos de percibir tanto,
tanto cuido, tanta asistencia,
tanta bendición.
Y pensamos que se escapan,
se difuminan, se acaban, y no es cierto.
Todo habita en nuestra permanencia,
en nosotros mismos,
en lo alcanzado, lo logrado, lo sostenido.
Te lo aseguro.
También me pasa,
que extraño el sentimiento,
sabiendo que es lo único que existe.
Lo que se extraña es el sentimiento,
ni siquiera a la persona, es el sentir.
Y cuando se siente así, tal profusión,
tal intensidad, con tal cabalidad,
se cree, se piensa, que no existirá más.
Al contrario, siempre es más, siempre.
Siempre tendría que ser más.
Dirás, ¿cómo? ¿Desde dónde?
Desde donde siempre es,
desde ti, desde mí, porque confiamos,
porque lo hemos comprobado,
nadie nos contó.
Porque es una verdad ya dicha,
ya hecha, ya sentida, pronunciada desde el Ser.
Esas son las verdades:
lo que tu Ser pronuncia, lo que tu Ser es
y lo que tu Ser hace.
Eso es la verdad.
Tienes que contar con tu verdad, siéndola.
Percibe tu respiro, tan imperceptible,
tan seguro, a plenitud y en confianza.
¿Sabes lo que vale eso?
Valóralo.
Hoy haz tus respiros,
sintiendo igualmente a las Devis,
particularmente Lakshmi Devi.
Hoy atiende, hoy provee, hoy asiste.
Haz respiros bien profundos, bien sentidos.
Recuerda siempre agradecer.
Respira profundamente y agradece.
Te agradezco tanto.
Om Namaha Shivaya
Alcanza a mantener una respiración firme y consciente,
Que cada respiro te diga algo,
Haz que cada respiro poco a poco
¿Cómo asimilas cada pausa, cada espacio?
Miles de kilómetros de distancia
De ahí que este momento,
Por eso puedo decirte hoy desde aquí,
Y estamos ahí, siendo lo que somos,
Valora tu respiro,
Respiras, respiro y respiramos,
Gracias por permitírmelo.
Respiramos ahora, reconócete,
Om Namaha Shivaya.
¿Me cuentas cómo estás?
Respira con serenidad, siéntete tranquilo,
Respira sintiendo eso.
Que tu respiro guíe, atiéndelo bien.
Tienes que producir calma, quietud, silencio.
Y estás en silencio.
El respiro, el que produce todo,
Haz que el respiro sepa contener
Muévete hasta donde podrías recordar
Haz que el respiro te haga sentir lo vivo que estás.
https://shaktianandama.com/2024/09/11/meditas-para-amarte-y-restarte-maldad/
Concéntrate.
Se trata de que te centres en ti,
priorizando atención en el respiro.
Que se imponga tu respiro consciente,
ante cualquier pensamiento de inquietud,
ansiedad, duda.
Calma todo respirando.
Aventúrate a jugar con tu respiro,
con tu capacidad, tu intención, tu voluntad.
Observa cada respiro,
cómo lo produces, qué te produce.
Y sabes bien que tanto.
Ya sabes lo que es respirar en este planeta,
nutrirte de esa sustancia, el éter dispuesto.
Y no te evadas en lo absoluto, mantente ahí.
Quien medita para evadir, no alcanza logro.
Tienes que atenderlo todo.
Respiro a conciencia, conciencia en respiro.
Y te vas aplacando, sosegando, tranquilizando.
Y el pensamiento no cesa, pero respira igual.
Cada pensamiento respira, lo llevas ahí.
Esta exacta y perfecta
funcionalidad física es para eso.
Y es como si te fueras vaciando, alivianando,
sin medir sensación, sentimiento,
sin buscarlo tampoco.
El arte es hacer coincidir la mente y el respiro.
Que se encuentren, que se conozcan,
que profundicen hasta aceptarse.
Y tendrías que permitirlo todo, que se brinden,
que se ofrezcan, que exista comunión, fuerza.
Y la mente se luce, espléndida como es,
atendida como se siente y amada como debería.
Y el respiro, toda tu fuerza vital,
más que tu salud, más que tu anhelo,
más que tu verdad.
Y eso es lo que tu respiro da a lo que tu mente es:
sabes tu verdad.
Es que tu mente no quisiera nada más,
ni tampoco necesitaría nada más.
Si eso hicieras,
respirando siempre así, sabiéndote así,
ni te imaginas lo que tu mente fuera,
el receptáculo más precioso de lo que eres.
Por eso necesitas saberlo,
saber quién eres, saber qué quieres, saber ser.
Y respiras.
Tu mente no necesita más que la verdad que eres,
no necesita nada más.
El asunto es:
¿qué tanta verdad eres?
Y por eso respiras.
Y la comunión permanece ahí,
con tanta concentración, con tanto respeto.
Es cuando habitas lo que tu Conciencia es,
lo que está tan profundamente en ti,
en lo que habita todo de ti, en esa, tu conciencia.
Tan sabia como es, tan exacta,
y que simplemente refleja lo que eres,
lo que contienes, lo que anhelas, haces, todo.
La que te permite tanto y más.
Y la que sabe lo que hoy sabes
y hoy no niegas más.
Esa instancia tan inherente,
tan de ti, tan por ti, tan contigo.
Eso que alienta tu esencia,
en lo que tu misma conciencia es.
Eso que traduce silencio, manifiesta gozo,
ampara, sostiene, refuerza,
invita la presencia toda,
la presencia que Es.
Y ya casi sin respiro, sin sonido alguno,
sin pregunta ninguna,
lo que existe sin nada ser en ti,
la Divina Conciencia, el Todo que eres.
Es la conciencia quien respira, respira en ti,
y estás ahí, siendo Nada.
Y a la vez, es tanto, tanto, tanto.
Si es que te provoca, manifiéstale algo:
Conciencia mía, Ser Todo, respira en mí.
Atiéndeme siempre.
Hazme ser más de lo que soy,
para saber y poder trascenderlo todo.
Conciencia mía, sé en mí, dame fuerza.
Conciencia mía,
toma mi respiro y llévatelo de aquí.
Respira profundo, atendiendo todo, todo cuanto te habita.
Y respiras más, sabiendo, sintiendo ya,
que alguna verdad eres
y que está ahí al alcance de tu mente.
Respira más y siente ya el amor que te guardas.
Y respira más, para que expreses gratitud
y se expanda en tu conciencia
y cada vez puedas alcanzar
más estados infinitos de ti.
Vela por ti, atiende tu Ser,
manifiéstate en verdad,
agradécete siempre y ámate más.
Om Namaha Shivaya
Con tu propio respiro invoca a tu Ser,
lo que sientas eres, lo que creas eres,
pero más, lo que realmente eres.
Y observa tu respiro, su cualidad,
y mucho te dirá de lo que eres.
Haz una abstracción, sitúate,
reconoce el propósito, la intención de estar aquí,
de ser quien eres y lo que de verdad quieres.
Hazte en ese manifiesto,
déjalo saber, siéntelo, pero más,
propón, bríndate, haz tu entrega.
Es cuando se activan tus filamentos,
los que se desprenden de ti e igualmente te llegan.
Es cuando abres circuitos para lo que esto es,
y según tu sensibilidad, tu percepción,
sabes cuánto activas, partiendo de lo que sabes,
todo es energía, y ese tu respiro, lo es.
Por eso lo atiendes así,
lo utilizas para lo que esta conexión es,
para lo que logras en ti.
Es que no hay otra forma.
Imagínate quién eres
que diste con la forma que Es,
y lo que anhelas,
en comunión con cada fotón activo,
en tu sentida y voluntaria propuesta,
en tu hermosa y profunda acción.
Y esa tu entrega, sin resistirte,
haciendo el ejercicio de comunión
con lo que tu mente es, sin temerle.
Modulas todo, debes creerlo.
El recurso, ese tu respiro.
Vas conteniendo, soltando,
sosteniendo, considerando
y expandiéndote en la fuerza que eres.
Es saber modular lo que piensas,
que no te ataque, que no te agreda,
y lo brindas, desde la fórmula perfecta
que el Ser expresa:
esto soy, esto soy, esto soy.
¿Qué más hermoso que tu verdad,
asumida en ti, presente en ti, abierta?
Respiras eso, lo que tu verdad es,
en la proclama de ti,
sin exaltación, con humildad:
esto soy.
Respiras esa verdad con serenidad,
con sinceridad, con amabilidad.
Esto soy.
Lo que proyectas, recibes,
dentro de lo que los circuitos son.
Y presientes tanto,
más que esta serenidad, esta calma,
este respeto propio, esta actitud.
¿Qué más sería? ¿Qué más quieres?
¿Qué más necesitas?
¿Qué más esperas?
El respiro se encanta de lo que logras,
de cómo vibras, de lo dispuesto.
Es cuando permites que lo que la Conciencia es,
sea en ti, sabiendo lo que eres en la Conciencia,
sabiendo lo que entregas
y lo que te dispones a recibir.
Lo que se experimenta,
absolutamente nada, más allá de la quietud,
de la presencia misma, de la voluntad expresa,
del amor intrínseco, de la verdad dada,
de la realidad presente.
Nada.
Nuestra conciencia así, con propiedad,
sin arrebatamientos, acechos,
tensiones, malintenciones.
No existe nada de eso,
¿ante qué se presentarían?, si nada hay.
Ni te escondes, ni ignoras, ni temes.
Inmutabilidad.
Conciencia en amor,
verdad ganada, voluntad de entrega.
Renuncia a este fracaso.
El éxito de tu Ser,
la cuenta regresiva a tu retorno
y la vía al Ser, inmersa en ti.
El no respiro, y te habla el silencio,
te abraza el gozo, no te limita nada.
Considera esa fe.
Existes en conciencia
porque sabes que es lo único que Es.
Respira con la fuerza que sientas,
con el presente que existe,
y cómo existes en este presente.
Te atreves a confiar, a ser solo tu verdad,
a coincidir como Es y con quién Es,
y te propones más y, por sobre todo,
agradeces inmensamente.
Respiras a profundidad,
con encanto y alegría.
Esta es tu oportunidad,
no la pierdas vida mía.
Agradece al Ser,
agradece a la conciencia,
agradece a tu respiro
y más aún a tu voluntad,
la que creó todo, a conciencia,
en conciencia, por la conciencia y para la conciencia.
¿Qué más?
Respira.
Om Namaha Shivaya
Atiende solo tu respiro, concéntrate.
Siempre que respiras, respiras tu fuerza,
Haz que cada respiro sea consciente, profundo
Siempre ayuda un poco visualizar, imaginar,
Todo eso a voluntad,
Y el respiro se hace sutil, imperceptible,
¿Cómo se hace? , dirás.
Es con esa fuerza que resistes
Y respiras eso, igual.
Lo que se trata es que equilibres,
¿Qué se hace con eso?, dirás.
Respiras, todo, te respiras todo.
Cuando te atreves, lo otro se potencia.
No es cuestión que lo sientas,
Respira a plenitud,
Cuanta verdad eres, cuanto amor tienes.
¿Cómo va tu respiro?
Amado mío, bendícete ante tales males.
Amado Ser,
Nuestra cita, como bien lo sabes,
Y ante tu respiro y tu aliento,
Conjuga eso y elabora cada respiro.
Bien sabes que el aliento también se forma, se formula,
Entiende que esta es tu forma más perfecta
Te sabes manejar.
¿Qué más?
El respiro ayuda,
Y va ocurriendo
Como te he dicho, ¿qué es lo que ocurre?
Y ocurre tu Ser,
Y el respiro que se transforma,
Está el espacio tan internamente dado,
Y ocurre. Y ocurre.
Y el respiro que ocurre,
Suspéndete.
Respiras profundo y retomas.
Respira a profundidad y hazte presente.
Om Namaha Shivaya
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