Inculcar la palabra de Dios a tus hijos es una responsabilidad bíblica.

Cristo murió porque el pecado deshizo su estado perfecto con el que fue creado. El único con méritos para remediar el efecto es el Señor porque pagó con su muerte el castigo por el pecado.

Sólo Cristo puede dar vida eterna si crees en Él y lo aceptas como tú Salvador.

No hay problema chico o grande que resista la oración.

Basado en Jeremías 33:1-3

Basado en Santiago 1:2-6

Satanás quiere atrapar de nuevo a los que han sido salvos por el Señor Jesucristo.

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Félix el gobernador de Cesarea dejó para después lo más importante, pero ese después nunca llegó.

Basado en 2 Reyes 5:1-4

Ser rico no es pecado pero la riqueza representa peligros si no se maneja conforme a principios bíblicos.