Sé que esto no es lo que usted esperaba escuchar, pero es lo que necesita saber a fin de interpretar correctamente el famoso pasaje escatológico de Mateo 24, y poder encontrar la señal (en singular) de la que habló el Señor a sus discípulos. No fue Jesús quien primero introdujo el tema sobre los dolores de parto del Mesías; estas señales y algunas otras, ya eran del pleno conocimiento de sus oyentes en el primer siglo. Él, sin embargo, adoptó una posición y un razonamiento contrarios al de la mayoría de los maestros de su tiempo.

¿Conoce usted el sermón escatológico de Jesús en el Monte de los Olivos? Bien, esta semana quiero proponerle un giro interpretativo un tanto desafiante. Quiero decir, espero que esté dispuesto a sacrificar alguna que otra vaca sagrada, porque al final de esta serie vamos a demostrar que Jesús no habló de muchas señales antes del fin, sino de una señal en particular, la cual marcaría el cumplimiento de los acontecimientos proféticos, y luego, juntos vamos a identificar exactamente cuál fue esa señal.

En todas partes del mundo la gente está comenzando a ver las señales que indican que algo grande se aproxima, pero ¿Qué exactamente es ese algo? ¿El rapto de la iglesia? ¿El gobierno mundial del Anti-Mesías? ¿La gran tribulación? Creemos que la clave para comprender el orden de los eventos escatológicos está en el estudio paralelo de las fiestas del Señor, que se describen en el capítulo 23 del libro de Levítico, especialmente de las Fiestas de Otoño, las cuales aún no han tenido su justo cumplimiento profético como las primeras cuatro.

En el estudio bíblico de esta semana, hablaremos del rapto en relación con la gran tribulación y la ira de Dios para responder a preguntas como: ¿Indica la Biblia que los verdaderos creyentes serán arrebatados antes de la tribulación de los últimos días? ¿Enseñan las Escrituras que los cristianos seremos tomados para no experimentar persecución a manos del Anticristo? ¿Permitirá Dios que sigamos en la Tierra para sufrir Su ira?

Creo que usted ya estará familiarizado con esos maestros y predicadores que aseguran que los verdaderos cristianos no tendrán que preocuparse en absoluto por la llegada del Anti-Cristo, ya que ellos no se quedarán aquí para verlo. Desgraciadamente, y muy a pesar de lo que a todos nos gustaría evitar, no hay respaldo bíblico suficiente para sostener esta posición sobre el rapto; en su lugar, la Escritura enseña claramente que los creyentes vivos presenciarán la manifestación del hombre de pecado, el hijo de perdición (que es una referencia directa al Anti-Cristo), antes de ser arrebatados con el Señor en las nubes.

En el estudio bíblico de esta semana tomaremos como referencia el pasaje de 2 Tesalonicenses 2:1-12, para demostrar el tercer punto de nuestra serie La Verdad Sobre el Rapto, parte 3.

Cuando hablamos de un rapto sin resurrección, realmente no tenemos mucha información en la Escritura acerca de cómo o cuándo sucederá, pero si somos cuidadosos y honestos en nuestro estudio, tenemos que aceptar que el rapto y la primera resurrección son eventos estrechamente conectados, o incluso, pudiéramos estar hablando de un mismo evento escatológico. ¿Qué relación guardan el rapto y la primera resurrección? ¿Qué enseña la Biblia sobre esta última? Y¿Cómo puede ayudarnos este conocimiento a interpretar correctamente las Escrituras sobre el momento en que tendrá lugar el arrebatamiento de la Iglesia, como comúnmente se le llama?

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Bendiciones!

La Doctrina del Rapto consiste en la idea de que Cristo mismo aparecerá para sacar a los verdaderos creyentes del mundo, antes de regresar con ellos al final de la Gran Tribulación. No cabe duda que es una de las enseñanzas más controversiales y difíciles de entender dentro del Cristianismo moderno, ya que existen muchas opiniones diferentes entre aquellos que la respaldan pero que a su vez, no están todos de acuerdo sobre el momento en que este tendrá lugar.

Ya sea que usted crea en el rapto antes, durante o después de la Tribulación, o que no crea que habrá un rapto en absoluto, me gustaría invitarle a considerar conmigo algunos pasajes sobre el tema, pero esta vez a la luz del Antiguo Testamento y en relación a la fiesta sagrada de Yom Teruah, o Trompetas.

Confío en el Señor que usted no será uno de esos cristianos que piensan y enseñan que el pueblo de Israel ha sido desechado totalmente y ya no forma parte del plan de salvación, porque ahora todo se trata de la Iglesia. Y es que el Apóstol Pablo escribe a los creyentes en Roma explicándoles algo que él mismo llama 'un misterio', que la salvación del mundo está íntimamente ligada a la plena restauración de Israel al final de los tiempos. 

¿Cómo describirías esta relación? Acompáñame a descubrir el vínculo profético entre Yom Teruah, la Fiesta de las Trompetas, y el misterio del que habla Pablo en Romanos 11.

Teruah es un sonido de alarma como el sonido de un gran reloj despertador divino. En este sentido, la Fiesta de las Trompetas ha sido llamada también el Día de la Explosión ó el Estruendo que Despierta (Day of the Awakening Blast), y este detalle es muy importante, porque nos permite ver cuál es realmente el patrón divino que marcará el próximo gran acontecimiento en la historia del mundo. Esta señal será tan fuerte, clara y evidente, que usted no podrá justificarse delante de Él diciendo que nunca la escuchó! Será tan abrumadora que recorrerá la Tierra y llegará hasta los lugares más recónditos, y se hará evidente para todo ser humano que una nueva era habrá comenzado.

Ya se acerca la fiesta de Pentecostés, y con ella un aniversario más del extraordinario derramamiento del Espíritu Santo sobre los primeros discípulos en el aposento alto de Jerusalén. Como ya sabes, lo que comenzó a puertas cerradas no se quedó ahí, sino que trajo consigo el poder que convertiría a unos pocos hombres sencillos en verdaderos heraldos del reino de Dios. Gracias a Pentecostés, el mensaje de salvación ha recorrido y transformado el mundo entero, incluyéndonos a nosotros mismos.

En el estudio bíblico de esta semana te comparto sobre el origen, trasfondo cultural y significado profético de esta fiesta sagrada, que ya se conocía y observaba por varios siglos antes de Cristo.