En 1a. Corintios 15, Pablo nos asegura que nuestro cuerpo puede ser débil ahora, pero que "resucitará en gloria", por tanto podemos confiar en que Dios usará cada pequeño esfuerzo hecho para Él para marcar una diferencia en su reino. Cuando servimos al Señor, no hay tarea o acto de amor demasiado insignificante.
'Por eso, amados hermanos míos, estén firmes y constantes; trabajen siempre para la obra del Señor, conscientes de que nada de lo que hagamos para el Señor será en vano.' (1 Corintios 15:58 NBV)