Es común que las personas lleguen a consulta y digan “no quiero estar triste”, sin embargo recién acaban de vivir una pérdida significativa. Es válido estar triste cuando la adversidad toca a nuestras puertas.
Hay cambios que dan un giro a nuestra vida de 360 grados, otras pérdidas lo cambian en otra medida. La tristeza se manifiesta como respuesta natural a la pérdida, es una emoción que no es buena ni mala, es neutra. La tristeza nos ayuda a procesar nuestras pérdidas y retomar el camino. La tristeza nos ayuda a tomarnos un tiempo para reflexionar y aprender lecciones.