Juan Ignacio Molina es nombrado constantemente como el primer científico de Chile. Su vida tuvo una serie de giros inesperados, que como en una novela, sitúo al niño nacido en una hacienda en Villa Alegre como protagonista de la vida científica e intelectual en Bolonia, durante la ilustración y donde nace la ciencia moderna. 

Este relato incluye información sobre la importancia de Juan Ignacio Molina y de qué manera permanece en la memoria colectiva de la sociedad Maulina y Chilena. 

Los cóndores son fundamentales para la ecosistema y también en la cosmovisión y cultura de los pueblos andinos, sin embargo se encuentra con graves problemas de conservación. En este relato podremos conocer a está ave emblemática, las descripciones que realizaron Alexander von Humboldt y Juan Ignacio Molina, y la importancia de protegerlos y conservarlos. 

Juan Ignacio Molina vivió varios años en la Haciencia Bucalemu donde realizaba extensas caminatas por campos y bosques, ríos y valles, estudiando la flora y fauna. Sería en la hacienda del bosque grande descubría su vocación y los encantos de la naturaleza. 

Molina resalta la importancia de los bosques Maulinos para la sobrevivencia de la diversidad biológica, pero también nos recuerda sobre las amenazas que han afectado a estos ecosistemas durante los últimos 40 años. 

Historia ficción-realidad que cuenta sobre el viaje de Molina desde Chile hacia Europa, y los conocimientos de los pueblos originarios sobre la botánica medicinal.  

Las ideas transformistas mencionadas por Molina han generado un interesante debate que ha llevado a varios autores a considerarlo como uno de los precursores de Charles Darwin, sin embargo, otros señalan que sus planteamientos fueron prudentes y con ideas eclécticas que no presentaron originalidad respecto a las propuestas de los naturalistas de la época.

Caminando por el cerro Bobadilla, Juan Ignacio observó un ave muerta entre dos espinos floridos. Se detuvo, y llevado por su curiosidad, comenzó a observar las formas de la pequeña ave.