El punto central de todo, es que el SANTO es el Cristo encarnado, el Emmanuel, Cristo Jesús que trae esperanza. Por lo que todos los que pertenecemos a Él y nos hemos consagrado de corazón, Él nos toca, nos hace sus hijos, nos perdona, entonces somos SU PUEBLO SANTO, su iglesia santa, los llamados y santificar lo que alcanzamos para su Reino. Wow!! qué privilegio más santo, más poderoso y único.