Su Palabra jamás ha cambiado, es y será la misma norma, los mismos mandamientos, los mismos valores, los mismos principios, la misma verdad. Los filósofos cambian de acuerdo al tiempo y a las circunstancias. La ética y el modo de vida hoy es “líquido”, variable, circunstancial, acomodado a quien dicta las leyes.