Muchos creen que las escuelas, el gobierno u otras entidades son los llamados a enseñarles a nuestros hijos. Por alguna razón, muchos olvidan que, el llamado primario para que nuestros hijos aprendan valores, principios que los preparen par la vida, somos los padres. El hogar es la escuela perfecta para aprender. Por lo tanto, es necesario ser buenos maestros...

Cuando Jesús declara su misión, describe la realidad humana. Definitivamente el ser humano necesita de ayuda, no puede por si solo.

La gran mayoría de las personas padece de stress y depresión, sencillamente porque no aprenden a gestionar sus problemas. La Palabra de Dios, nos da un recurso increíble para gestionarlos y superarlos. ¡Intente probar!

Nadie puede esperar cambios cuando no se trabaja para que sucedan. Una familia es producto de padres que enseñaron, guiaron y formaron. 

En la historia, nunca una guerra ha traído buenas consecuencias. Algunos historiadores tratan de buscarle el lado bueno a los resultados, pero lamentablemente una guerra es muerte, violencia, sacrificio, violación a los derechos de los pacificadores y personas ajenas al pleito de los que pelean.

El dilema humano es que en sus decisiones, no van clasificadas las consecuencias. Estas vendrán sin que pueda decidir si las quiero o no. Por lo tanto, no todas las decisiones son la mejores. La influencia es determinante, pero las consecuencias no son producto de la influencia, sino el resultado de las decisiones. 

Lo curioso del ser humano, es creer que puede recibir lo que piensa, calcula o simplemente piensa que no habrá consecuencias. Lo más triste es pensar que nada pasará por lo que haga. Hay un dicho que dice: " si siembras mangos, no cosecharás manzanas..."

Si crees que nadie se da cuenta de tu ACTITUD, pues estás equivocado. Las personas tienden a cerrarse puertas o a abrirlas dependiendo de su actitud. Definitivamente, la actitud es la clave de todo en la vida diaria.

Recuerde que su familia no es el ejército. Debe haber disciplina y seriedad, pero muchas veces nuestros hijos requieren que se les trate como a hijos, no como a soldados. El respeto, La Palabra dice que no provoquemos a ira a nuestros hijos. Esto implica que son seres humanos que merecen respeto y la disciplina se aplica con el propósito de corregir, ayudar y crecer, no castigar y traumarlos.

Por más que busques cuál es la razón de la "mala suerte", que evidentemente no existe, descubirás que la peor decisión sobre la tierra es vivir sin Dios. Jesús es el medio para alcanzar al mundo perdido. ¡Inténtalo!