Muchos se preguntan porqué todo les va mal en la vida... valdría la pena que revisen a la luz de las Escrituras su condición. No es brujería, no son malos agüeros, no es mal de ojo, es algo peor, es el pecado que nos trae esa condición.

Siempre que culpamos a alguien de nuestras propias desgracias, estamos poniendo en evidencia nuestra cobardía y falta de responsabilidad. Una gran virtud del ser humano es que asuma las consecuencias de sus malas decisiones y busque ayuda para superarlas.

“La gente no quiere ser administrada. Quiere ser dirigida. ¿Quién ha oído hablar de un administrador mundial? De un líder mundial, sí. Líder educativo. Líder político. Líder religioso. Líder scout. Líder comu- nitario. Líder laboral. Líder empresarial. Ellos lideran. Ellos no administran..." Carla Sunberg.

La naturaleza humana caída, siempre tiene la tendencia a culpar a las circunstancias de sus desgracias. Dios le dio un hermoso regalo al hombre y después que el hombre decidió mal, este culpó a Dios que le había dado un problema.

Fue el ser humano el que descubrió que había desnudado su alma, su mente, su corazón y descubrió que su cuerpo también lo avergonzaba. Dios se acerca no para burlarse de tu desnudez, sino para cubrirte...

La Biblia describe a los padres como los líderes, protectores, guías espirituales y promotores, modelos para sus niños y adolescentes.

Infortunadamente esta sigue siendo la realidad del ser humano. La raza caída está desnuda, tiene temor a enfrentarse a su Dios, por eso está buscando sus propios recursos para cubrir su desnudez.

La condición pecaminosa es la que hace que el ser humano se aleje. No pueden culpar a nada ni a nadie. Es el ser humano en su naturaleza caída que ha decidido ignorarlo y no aceptar que necesita volver y reconciliarse con su Creador.

“…En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.” Efesios 5:33

El problema del ser humano caído es su esencia, es su identidad, su ser entero como tal. El pecado no es un objeto, no es una “cosa”, el pecado es una condición, un estado. Y en este nivel es que Dios trabaja.