Cuando era adolescente, me llamó la atención el hecho de que apenas había mujeres en mis libros de literatura. Alguna profesora comentó que es que las mujeres lo tenían más difícil.
Años más tarde, yo misma me convertí en profesora y di la asignatura de literatura universal. Los tiempos habían cambiado, aunque la mayoría de los nombres seguían siendo masculinos.
Lo que me llama la atención es que nunca, en toda mi formación reglada (incluyendo un doctorado en literatura) nadie me mencionó el hecho de que la primera escritora de la historia fue una mujer.
El primer ser humano que firmó una obra literaria se llamaba Enheduanna, y era una princesa y sacerdotisa que vivió nada menos que 15 siglos antes que Homero.
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