En la década de los 90's, Colombia vivió una ola de terror por las numerosas desapariciones y, posteriores, asesinatos de niños en diferentes partes del país. Durante mucho tiempo las autoridades creyeron que estos crímenes estaban relacionados a rituales satánicos, por las señales de abuso que presentaban los victimas. Pero no fue, sino, hasta 1997 que descubrieron que la verdad era aun más aterradora, en realidad se trataba de un solo hombre encargado de sembrar el terror con su propio ritual sangriento y cobrarse la vida de más de 200 niños.