Muchos nos hemos preguntado alguna vez cómo será trabajar de vigilante de un cementerio, o velador nocturno de cualquier otro sitio. No muchos se atreverían a asumir esos roles, por muy grande que sea la necesidad. Sin embargo, hay personas que los realizan, porque alguien tiene que cubrir esos espacios. Pero... el trabajar en una morgue, tener que abrir y cerrar cuerpos, con todo lo que significa eso, no lo haría cualquiera.

Una morgue es un establecimiento (que puede estar dentro de un hospital o en otro lugar) que es utilizado para el almacenamiento de los cadáveres humanos que aguardan identificación o extracción para autopsia o eliminación por entierro, cremación u otro método.

Dadas estas características, las personas que trabajan en una morgue están acostumbradas a lidiar con la muerte. Sin embargo, como todo ser humano, hay cosas que escapan de su entendimiento, especialmente al estar tan cerca del misterio de fallecer.

El relato que les presentamos esta noche fue compartido por Jesús Rentería. Se trata de una experiencia vivida por su esposa hace años, cuando ella estudiaba enfermería y presentaba su servicio médico forense.

Cuenta que ella y sus compañeros un día tuvieron una práctica con el cuerpo de una joven que acababa de fallecer.

A los pocos minutos, notaron que su cuerpo estaba sudando y al intentar limpiarlo fueron detenidos por su profesor, quien les explicó que jamás debía limpiarse el sudor de un muerto... ¿la razón? algo verdaderamente escalofriante...

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► Lugar de los hechos : Zacatecas

► Fecha : No especificada

► Experiencia compartida por : Jesús Rentería

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