Muchos de nosotros hemos estado en un estado de esperanza diferida el cual parece una eternidad. Nos hemos aferrado a las promesas de Dios, Él ha renovado nuestra fe con cada amanecer, pero todavía tenemos que ver la manifestación de la visión cumplida.

Quería animarte esta mañana con este versículo. Ha estado en mi corazón durante los últimos días, y esta mañana sentí que era algo que Dios desea que yo comparta contigo

“La esperanza diferida enferma el corazón; pero cuando los sueños se hacen realidad por fin; ¡hay vida y alegría!” Proverbios 13:12

Se que Dios te va hablar a tu corazón mientras escuchas esto, trayendo a tu mente algo que el té hablo y prometio; quiero animarte esta mańana ¡sigue aguantando!sigue aferrándote a la promesa ¡Él desea cumplir esa visión, porque Él es quien la colocó allí! Mantén tus ojos en Jesús, continúa permitiendo que Él llene tu corazón y complete cualquier vacío; ¡y Él hará que esa visión se cumpla!

Yo personalmente Estoy entrando en la manifestación de una palabra que Dios me habló hace cerca de 15 años. Aunque la espera fue larga y no entendí completamente Sus caminos, o cómo exactamente Él traería el cumplimiento; Dios Se paró a mi lado. Me dio la fuerza que necesitaba para soportar la espera y me enseñó mucho en el camino. Ahora veo que hubo un momento perfecto para el cumplimiento.

Y ese momento involucró a otros en mi vida, y tantas circunstancias que aún no habían ocurrido. Todavía hay más por venir para completar la visión, ¡pero no puedo comenzar a describir el gozo y la paz que tengo ahora mismo! ¡Lo que vi en mi espíritu durante tantos años ahora estoy empezando a caminar! Dios no miente amigos! Él no da falsas esperanzas. Él no está allí solo para colgarte algo delicioso frente a ti... solo para quitártelo y dejarte con una decepción interminable.

Él es un cumplidor de promesas, y te prometo que si mantienes tus ojos y tu corazón puestos en Él, y permaneces en la fe en cuanto a las palabras que Él te ha hablado; ¡VERÁS que tus sueños se hacen realidad!

¡Mantente en la fe!

¡El llanto durara por la noche! ¡Pero La alegría viene por la mañana!

Antes que Dios hable decide decir que si!

Dios habla a las personas que deciden que van a hacer lo que les dice que hagan, incluso antes de que él les diga. Ellos ya están diciendo: “Dios, si quieres que me mueva, me moveré. Si quieres que me case, me caso. Si quieres que deje este trabajo, lo dejaré. Antes de que me lo digas, mi respuesta es 'sí'. Lo que sea que quieras que haga, lo haré”.

Lucas 8:15 dice: ““Mas la que cayó en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.”

‭‭S. Lucas‬ ‭8:15‬ ‭RVR1960‬‬”. Solía estudiar esta parábola de Jesús y pensaba que se refería a cuatro tipos de personas:

los que son resistentes,

los que son superficiales,

los que están ocupados y

los que son buenos.

Pero esta parábola en realidad representa cuatro actitudes. ¡Puedes tener las cuatro actitudes en el mismo día!

En un momento dices: "Dios, no quiero escucharte, porque sé lo que vas a decir".

Y al momento siguiente dices: “Señor, dime rápido”. Luego lo escuchas y piensas que es bueno, pero no haces nada al respecto.

Tal vez el fruto comienza a dar en tu vida, pero luego te ocupas de tu trabajo, de la escuela o de tus hijos, y crece la mala hierba.

Luego otras veces dices: “Dios, lo que quieras. Estoy totalmente abierto a ti.

Dios quiere que tengas una actitud de obediencia para que puedas dar fruto, el término bíblico para tener éxito. Dios quiere que seas fructífero en tu negocio, tu familia, tus amistades, tu relación con Dios y con los demás, y tu salud. E

Entonces, ¿cómo das fruto cuando Dios te dice algo? Compartiendo lo que Dios te a dicho. Cuando Dios te dice algo, la forma más rápida de empezar a dar frutos en tu vida es compartiendo con alguien más lo que haz de aprendido.

Otra traducción de Lucas 8:15 dice: “Escuchan las palabras de Dios y se aferran a ellas y las transmiten constantemente a otros que pronto también creen” (LB).

Dios quiere que transmitas a otros lo que aprendas.

No puedes escuchar a Dios si tu mente está llena de otros pensamientos o preocupaciones, particularmente preocupaciones, planes y actividades. Si siempre estás escuchando la radio la televisión, o perdiendo el tiempo en las redes sociales cuando Dios te llame, los circuitos estarán ocupados. Por eso Tienes que eliminar las distracciones.

Jesús dice en Lucas 8:7, “Otras semillas cayeron donde crecían los espinos y ahogaron las plantas”. El tipo de terreno con espinos en realidad fue sembrado con cultivos y comienza a crecer junto. A medida que crece, crece los espinos también a su alrededor, y los espinos comienza a ahogar la vida del vegetal o la planta, por lo que nunca da fruto. Esto es lo que Jesús dice que es el significado de Lucas 8:7: “La semilla que cayó entre espinos representa a los que oyen, pero en su camino son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no maduran”. (Lucas 8:14 NVI).

Hay tres cosas que ahogan el escuchar a Dios:

1. Preocuparse. Las preocupaciones son malas hierbas. Cuando estás tan ocupado con los problemas y las presiones de la vida diaria, se hace más difícil escuchar a Dios.

2.Riqueza. Puede estar tan ocupado tratando de pagar tus cuentas, tan ocupado tratando de salir de deudas, tan ocupado tratando de ganar más y tan ocupado ganándote la vida que no tienes tiempo para tener vida.

3.Placer. No hay nada malo con el placer. Pero Dios dijo que cuando estás tan ocupado persiguiendo la diversión, lo ignoras a él y a sus planes para tu vida. No tienes que cultivar espinos. Crecen automáticamente, ¿no? De hecho, los espinos son un signo de abandono. Si ve malas hierbas en tu patio o jardín, significa que no está cuidando tu patio o jardín. En otras palabras Los espinos en tu vida espiritual es una señal de que estás descuidando el tiempo con Dios.

Cuando todos los circuitos están ocupados, necesitas estar en silencio.

Durante la primavera, toda la hierba del sur de California se vuelve verde, las flores silvestres y las amapolas florecen, y es realmente hermoso. Pero en el momento en que cesan las lluvias, las colinas vuelven a ponerse marrones. ¿Por qué? Porque la hierba no tiene raíces. No puede descender lo suficientemente profundo como para obtener agua de los manantiales que están muy por debajo de la tierra.

Cuando no hay raíces, cuando una planta está en un suelo poco profundo, inicialmente puede brotar y verse bien, pero no dura. Las plantas se marchitan rápidamente porque no tienen raíces. Lucas 8:13 dice: “La semilla que cayó en pedregales es el pueblo que escucha con alegría el mensaje y lo acepta. Pero no tienen raíces profundas y creen solo por un tiempo. En cuanto la vida se pone dura, se dan por vencidos”.

Muchas veces escuchamos la Palabra de Dios y nos entusiasmamos con ella, pero no permitimos que nos cambie. Actuamos superficialmente. Reaccionamos emocionalmente. Nos movemos impulsivamente. Pero no nos tomamos el tiempo para dejar que se hunda. ¿De verdad quieres ser así? ¡No! Quiero ser una persona profunda, no superficial. Quieres ser una persona con profundas raíces espirituales para que cuando llegue la recesión y dure varios años, puedas seguir dando frutos.

Todos hemos notado que la calidad de recepción en un teléfono celular varía mucho. Lo mismo es cierto contigo. Debes estar posicionado correctamente para poder escuchar a Dios hablar.

A veces nunca le damos a Dios la oportunidad de hablar con nosotros. Nos hemos decidido hacer lo que queremos hacer, no lo que Dios quiere que hagamos. Nuestros corazones están endurecidos y no estamos dispuestos a escuchar.

Pero si realmente quieres escuchar a Dios, ¿y qué creyente no? — tienes que entender lo que te impide escuchar a Dios.

Hay tres barreras mentales que mantienen tu mente cerrada al mensaje de Dios.

1. Orgullo. Si cree que no necesita a Dios en tu vida y quiere manejar las cosas tu mismo, probablemente no estés escuchando a Dios hablar. El orgullo te impide estar abierto a la posibilidad de que Dios quiera decirte algo.

2. Temor. Mucha gente no puede escuchar a Dios hablar porque tienen miedo de escuchar a Dios hablar. Tal vez pienses que escuchar la voz de Dios te convierte en una especie de fanático religioso.

3. Amargura. Cuando te aferras al dolor, al resentimiento o al rencor, entonces no podrás escuchar a Dios, porque tu corazón está endurecido. Se ha enfriado y te ha puesto a la defensiva, incluso ante el amor de Dios. Algunos de ustedes han sido gravemente heridos, ya sea que haya sucedido esta semana o hace años, y todavía se aferran a ello.

Quiero decirte que tienes que dejarlo ir. No por su bien, sino por tu bien. ¡El resentimiento te está matando! El resentimiento es una herida autoinfligida que permite que las personas de tu pasado continúen lastimándote hoy. Tienes que dejarlo ir, no porque merezcan el perdón, sino porque necesitas seguir con tu vida.

Muy a menudo, cuando estamos en una tormenta, sentimos que estamos solos y que Dios nos ha abandonado. Podemos orar y clamar a Él, desesperados para encontrar las respuestas a nuestras situaciones, pero en el fondo existe este sentimiento abrumador de que Dios no se da cuenta de nuestros clamores.

Nos sentimos abandonados, y con cada ola rompiendo nuestro corazón empezamos a sentirnos olvidados e incluso... rechazados. Los discípulos experimentaron este sentimiento de temor y abandono una tarde durante una terrible tormenta en una barca. Aunque tuvieron el privilegio de caminar físicamente y hablar con Jesús y vieron de primera mano sus milagros; se encontraron en una posición en la que necesitaban Su ayuda desesperadamente y tenían temor.

Estaban varados en medio del océano, en medio de olas rompientes y habían perdido todo control del bote que los transportaba. Mientras hacen todo lo que está a su alcance para intentar salvarse a sí mismos; Jesús parecía no estar a la vista. Sin embargo, había algo tan hermoso en esta historia que me llamó la atención esta mañana.

Marcos 6:48 dice que mientras Jesús no estaba físicamente presente con los discípulos; y en tierra; Los 'vio' luchando. No estaba ajeno a sus gritos. Su condición llamó su atención. E INMEDIATAMENTE comenzó a caminar sobre el agua hacia ellos para rescatar a Sus amigos. Se asustaron al verlo, creyendo que habían visto un fantasma. Pero de repente Él habla: “¡Ánimo! ¡Soy yo! ¡No tengas miedo! Luego subió a la barca, y el viento cesó (vs. 50-51).

¡La tormenta se disipó instantáneamente! No estamos solos en nuestras pruebas, amigos. Jesús no es ajeno a nuestros gritos. La verdad es que si tan solo pudiéramos ver que en el momento en que clamamos a Él, llamamos Su atención. El Comienza a acercarse a la tormenta; a caminar sobre el agua; en el instante en que ve que estamos angustiados. Él puede permitirnos encontrar fuerza en la lucha mientras remamos contra las olas embravecidas.

Él afina nuestros oídos para escuchar Su voz mientras navegamos a través de la densa niebla que nos rodea. Pero el retraso no significa abandono, Sino protección. Mientras no haya tormenta que dure para siempre; habrá otros vientos por delante que debemos aprender a navegar. Si pudiéramos recordar que Jesús nunca ha estado ausente. Él ve desde la orilla y sabe exactamente cómo acercarse a la tormenta. ¡Y todo lo que se necesita es una palabra... un respiro... y la tormenta se silencia!

No hay una sola tormenta que dure para siempre. Él ve. Él no dejará que te ahogues. No tengas temor El se esta acercando paso a paso con cada clamor, como una madre al escuchar el llanto de su hijo corre al rescate! Jesus esta atento a tu clamor, clama mi yo te responderé dice Jeremias 33:3

Vivir el momento puede ser difícil. Es difícil disfrutar simplemente el hoy, lo que tenemos hoy, y con quién lo llegamos a experimentar hoy. Tenemos tantas cosas que reclaman nuestra atención, como nuestros horarios y nuestra energía mental. A veces parece que hoy es imposible concentrarse porque el mañana ya nos está llamando.

Jesús nos dijo que hiciéramos algo radical—nos dijo que no nos preocupáramos por el mañana. Lo dice en Mateo 6:34 que Él nos equipará para tratar con los problemas hoy únicamente—no de mañana, ni de la próxima semana, o del mes siguiente.

En la vida, tendrás problemas. Debido a nuestra naturaleza pecaminosa y a los esquemas del enemigo, problemas se encuentran por todo lado. No deberíamos ser sorprendidos por nuestros problemas; Jesús nos dijo claramente que tendríamos problemas en este mundo. ¿Por qué diría eso? Porque Él es honesto, y nos ama. Preparándonos de antemano, Jesús nos está ayudando a evitar las dudas y el miedo cuando nos encontramos en tiempos difíciles.

En la vida, te enfrentarás a una gran cantidad de situaciones difíciles. Si no te preparas de antemano para esta realidad, puede ser estresante cuando se presente. Una forma de combatir la ansiedad es rodearse de las personas adecuadas,—aquellas que pueden ayudarte a superarla. Si un desafío parece demasiado grande para superarlo, el poder compartir esa carga puede ayudar o incluso resolver el problema.

Jesús te da esta paz en un nivel diferente. Él siempre está contigo, donde y cuando lo necesites. Cuando la vida te rete, es reconfortante saber que Jesús está ahí para ayudarte a superar cualquier obstáculo. A medida que te acercas más a Él, empezarás a sentir más paz—incluso en situaciones difíciles…, incluso mientras luchas con la ansiedad.

Cuando estamos clamando a Él por sanidad; o una respuesta a cualquier oración; ¡solo necesitamos HABLAR en voz alta la PALABRA en fe, y se hará! ¡Su palabra habla VIDA a la muerte de nuestras circunstancias y pone en marcha los planes de Dios para nuestras vidas! ¡Hay TANTA autoridad en la palabra hablada!

El enemigo te hará creer que tus palabras no valen nada, pero la verdad es; está ATERRORIZADO de la PALABRA, porque LA PALABRA ES JESÚS!! 'En el principio era la palabra. El Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1).