Dios es tan misericordioso y fiel. Él es muy amable al otorgarnos convicción cuando hay algo en nuestras vidas que no se alinea con Su perfecta voluntad para nosotros. Muy a menudo nos aferramos a las cosas en esta vida, porque tenemos miedo de dejarlas ir... tal vez miedo de que nunca haya nada mejor, o podemos razonar en nuestras mentes y tratar de justificar algo que Dios ya ha dicho a nuestros corazones. ¡Deja ir!

Cuando el Espíritu Santo se apodera de nuestras vidas; Nuestra vida cambió! Algunas de las cosas con las que nos hemos sentido cómodos en nuestro pasado; ya no se siente cómodo. Y la verdad es, mientras caminamos por esta tierra, seguiremos pasando por este proceso de ser refinados! Cuando el Espíritu Santo trae convicción a nuestras vidas tenemos que Obedecer.

Isaias 66:9 "NO causare dolor sin permitir que nazca algo nuevo.."

Cuando Jesús murió en la cruz del calvario el velo del templo se razgo, significando que ahora hay acceso a la presencia de Dios sin ningun intermediario.

Cuando Moisés y los hijos de Israel dieron un paso de fe hacia su promesa de libertad; ¡se enfrentaron al mayor obstáculo que jamás habrían percibido! Con su enemigo cerrándose detrás de ellos, y el Mar Rojo delante de ellos; ¡No había forma de escapar! ¡Estaban rodeados por la imposibilidad y su visión una vez más nublada por la derrota! Los israelitas sintieron  que Dios les había fallado y habían perdido toda esperanza. Dios les había dado una promesa para su liberación; sin embargo, sus mentes naturales ya no podían percibir esa promesa, ¡porque todo lo que podían ver a su alrededor era IMPOSIBILIDAD

Estamos a punto de experimentar una temporada de restauración! Esta temporada incluye recuperar todo lo que el enemigo ha robado, la salvación de los seres queridos,los pródigos que regresan a casa...!

Nuestras palabras tienen tanto poder y cuando usamos nuestras palabras para animar y edificar; es el sentimiento más maravilloso, ¡porque nosotros mismos nos animamos en el proceso. Las palabras pueden realmente derribar (hablar muerte) o construir (hablar vida).

Puede ser muy fácil caer en la trampa de no sentirse lo suficientemente bien. Ya sea un acto de bondad que ha pasado desapercibido, un dolor de cansancio después de un largo día, sentir que nunca estás a la altura o que a Dios no le importa, nos pasa a todos.

No sacudas las esperanza de tus hombros como que "no son lo sufiecientemente significativo como para que Dios se preocupe" Salmos 37:23 dice, "El Señor se deleita en cada detalle de nuestra vida."

Cuando Dios te da una palabra, a menudo es porque hay una tormenta frente a ti que te hará cuestionar los deseos que Él ha puesto en tu corazón. ¡Esa palabra es tu chaleco salvavidas al que aferrarte cuando se acerca la tormenta! Habrá vientos de adversidad y aguas muy oscuras por delante, pero tu trabajo es Aferrarte a esa palabra y mantener tus ojos en Jesús.