Juan 14:1-3. Jesús nos recuerda que no debemos turbarnos, porque ha preparado un lugar eterno para nosotros. Sin embargo, muchas veces vivimos tan enfocados en lo terrenal que olvidamos las promesas de Dios. Este pasaje es un llamado a volver a la fe, a confiar en lo que Él ha dicho. Tener conciencia de la morada celestial nos ayuda a vivir con esperanza, sabiendo que nuestro verdadero hogar está con Cristo. Vivamos cada día con esa verdad en mente, firmes en Su promesa.