Las dinámicas que viven las mujeres a nivel emocional pueden ser muy complejas y abrumadoras al punto de provocar problemas tales como la depresión o la ansiedad. Gracias a Dios, en Su Palabra, Él nos da las instrucciones y promesas que necesitamos para superar este cúmulo de emociones y darnos su paz y estabilidad.

Preguntas y Respuestas con el Pastor Netz Gómez

¡Bienvenidos a otro programa aquí en Consejos Para Familias!

La Masculinidad en este tiempo crucial para el desarrollo de la familia, la iglesia y la comunidad. Cuando los hombres dejamos de ser lo que hemos sido llamados a ser todo se resquebraja, es tiempo de levantarnos y retomar nuestro lugar asignado por Dios.

Existe en todos nosotros el deseo natural de querer que las personas a la que amamos, tenga ojos solo para nosotros, la exclusividad es parte de la normalidad de una relación sana. Pero también existen una condición enferma conocida como celotipia o enfermedad de celos, que es producto de un problema interno.

En Mateo 15:27 el evangelio registra la historia de una madre necesitada. Esta no era una madre judía, sino de nacionalidad Ciro-fenicia que estaba en una gran necesidad: su hija estaba siendo atormentada gravemente por un demonio.

Un hombre escribió algo parecido a esto en los años 20’s “Es invaluable el don de Dios que una madre llega a ser. Fue ella quien compartió su vida con nosotros, aun antes de que nadie nos conociera y saliéramos a la luz, nuestra madre nos protegió al punto que pudimos nacer. En sus brazos fuimos alimentados y encontramos nuestro reposo; es maravilloso como Dios diseñó el regazo de la madre para proveer no solo alimento sino el cariño que sustenta la existencia de ese pequeño ser humano.

Uno de los principales impedimentos para el crecimiento es la necedad, lo cual es básicamente idolatrar nuestras ideas. Muchos de nosotros tal vez hemos batallado con la necedad en diversas áreas de nuestras vidas, puede ser en cuanto al dinero, las relaciones, incluidas nuestra relación con Dios. Necesitamos detectar y reconocer este mal en nosotros para vencerlo.

Dios nos dio la oración como el medio para relacionarnos con Él y para recibir la herencia que Él nos ha entregado en Cristo. Como hijos e hijas de Dios podemos y debemos orar por nuestras necesidades personales, pero también podemos unirnos al corazón de Dios para que los planes que arden Su corazón se cumplan y ver su reino e intervención de una manera papable.

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