El Pacto plantea un Programa Básico de Reformas Económicas, Sociales e Institucionales que se puede llevar a cabo en el lapso que va desde la fecha de las elecciones presidenciales hasta la toma de posesión, a
través de una acción conjunta entre el gobierno saliente y el gobierno entrante. De esta forma, el nuevo gobierno -en vez de heredar un país minado por las tensiones económicas, sociales y políticas-, ganará tiempo al recibir una economía desbloqueada que empieza a ser saneada, un Estado que inicia su proceso de reinstitucionalización y una sociedad desarmada que se pueda gobernar.