Hoy quiero hablar de una realidad que, aunque no es nueva, se ha visto agravada por la pandemia. Hablo de aquellas personas que, en este tiempo de aislamiento, comenzaron a ver cultos en línea y, mientras navegaban por las redes sociales, encontraron iglesias en otras ciudades, estados e incluso países, se identificaron con ellas y ahora quieren ser miembros de ellas virtualmente. ¿Podría haber, bíblicamente hablando, una membresía virtual? Eso es lo que vamos a intentar responde en este episodio.

Sin una buena eclesiología, no hay una buena misiología. Especialmente porque, si lo que estamos discutiendo es la misión de la iglesia, siempre necesitamos acordarnos de qué es la iglesia y qué tipo de iglesia queremos ser y reproducir. Eso es lo que vamos a hacer hoy, mientras meditamos sobre el tema: Transformando miembros en ... miembros mismo.

La Relación Discipuladora puede sobrevivir a la pandemia porque no depende necesariamente de una reunión cara a cara. De hecho, esto fue lo que presenciamos durante la pandemia. En la RD, el amor ha encontrado una manera de mantener vivo el contacto.

Al analizar más de cerca la investigación, encontramos otros datos muy interesantes, que nos gustaría comentar hoy. Estos datos tenían que ver con la diferencia de respuestas entre pastores con más o menos de cinco años de experiencia en la visión de la Iglesia Multiplicadora.

Si consideramos solo a aquellos líderes que no pudieron, por cualquier motivo, migrar el PGM al modo online, la conclusión es que el 61% de los líderes simplemente se negaron a declarar la muerte del PGM, aunque no pudieron reunirse. Para estos líderes, el PGM sí está funcionando, aunque no se está reuniendo. ¿Qué podemos aprender de estos líderes en estos tiempos de pandemia?

Para Trotman, el acompañamiento evangelístico genera reproducción y luego multiplicación de reproductores. Su ilustración favorita de esta verdad fue 2Timoteo 2.2, donde se encuentran cuatro generaciones de herencia espiritual: Pablo, Timoteo, hombres fieles y otros.

En los Evangelios, Moore ve que Jesús tenía un ministerio privado, centrado en las personas, mucho más estratégico que su ministerio a las multitudes. Para él, si queremos copiar la forma en que Jesús hizo discípulos, debemos capacitar a los conversos para que alcancen a otras personas.

¿Se encuentran pequeños grupos multiplicadores en el Nuevo Testamento? ¿Son, de hecho, coherentes con lo que podría considerarse una eclesiología bíblica? ¿Cuál es la relación entre los grupos pequeños y la forma de gobierno de la iglesia?

Para Joel Comiskey, Jesús modeló lo que debería ser el discipulado ideal que los apóstoles - y nosotros, hoy - deberíamos imitar, o sea, lo que sucede dentro de un pequeño grupo de discípulos.

¿Será que nos hemos inclinado tanto hacia un discipulado multiplicador que estamos descuidando el papel de la predicación de la Palabra y la membresía misma y la disciplina eclesiástica en la formación del discípulo? Para no correr este riesgo, de tirar tanto hacia un lado que nos olvidemos del otro, creo que necesitamos leer y escuchar más a Mark Dever.