Job ha escuchado el primer Discurso de sus amigos. Pero ¿qué piensa el enfermo Job al darse cuenta que sus amigos no entienden la magnitud de su sufrimiento? ¿Qué piensa el enfermo Job al descubrir que sus amigos no sentían compasión por él? Sus palabras solo eran acusativas, nada de consolación.

Cuatro amigos de Job se disponen a exponer sus explicaciones "teológicas" para explicar el por qué Job sufría de esa manera. Elifaz, Bildad, Zofar y Eliú. Pero Elifaz fue el primero en hablar. Según, Elifaz, Job estaba cosechando lo que había sembrado. Pero su "teología" estaba equivocada.

¿Le ha ocurrido que, después de una tormenta o una situación difícil, sintiendo que "lo peor ya pasó", luego descubre que lo peor aún no ha llegado? Eso le pasó a Job. Satanás no había acabado con su propósito de destruir a Job. Siguió sus acusaciones y otras tragedias acechaban a Job.

Desde la antiguedad, los hombres siempre han estado inquietos por la pregunta: ¿por qué sufren los justos? ¿Por qué un Dios bueno y Todopoderoso permite el dolor en las vidas de aquellos que le buscan? El libro de Job explora el sufrimiento en la vida de un hombre piadoso.

Los capítulos finales del libro de Jueces narran dos historias que muestran el profundo estado de deterioro social y espiritual del pueblo de Dios, y esto sirve de explicación del por qué se necesitaba el establecimiento de la monarquía.

Después de un tiempo, Sansón volvió a la casa de su suegro para tratar de consumar el matrimonio que abandonó, pero encontró que se la habían dado a otro hombre. Sansón se venga y amenaza a los filisteos.

Los cristianos, o son vencidos por su falta de fe, o son vencedores por una fe firme en Dios y Su palabra.

Los fariseos se caracterizaban por su hipocresía religiosa. Predicaban bien, pero no vivían lo que predicaban. El Señor no podía más que denunciar su hipocresía, la cual los hacía más culpables delante de Dios.

Una vez más, el pueblo de Dios estaba en crisis por haber abandonado a Dios. Los madianitas y sus aliados azotaban a Israel, y ellos clamaron a Dios nuevamente. Dios llamó a Gedeón para combatir contra los madianitas y contra la idolatría que consumía al pueblo.

A veces dejamos enfriar nuestra vida cristiana y pedimos un avivamiento espiritual. Cuando eso ocurre, necesitamos encender un fuego para vitalizar nuestra comunión con Dios y nuestra vida cristiana.