En Job 19, Job responde al Discurso de Bildad (capítulo 18). Le exige a sus amigos que ya no lo aflijan ni injurien más con sus palabras. Y les expresa su esperanza en un Redentor que lo vindicará aún más allá de la muerte.

La resurrección de Cristo es una doctrina fundamental del Cristianismo. Cristo murió, fue sepultado, y resucitó al tercer día. Esos son los hechos fundamentales de la obra de la salvación.

La muerte de Cristo no fue un invento furtivo, repentino ni una medida de emergencia celestial; es el plan divino más maravilloso, planificado desde antes de la creación.

Pablo argumenta contra el permisivismo sexual de los cristianos corintios. Los alimentos son para el cuerpo, pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor.

Este es el segundo discurso de Bildad dado a Job. Aquí, Bildad expone el triste final de los malos, como describiendo a Job mismo. Usa 4 figuras poéticas para describir la miserica y el final de los impíos.

¿Pueden los creyentes resolver sus conflictos en los tribunales humanos en vez de tratarlos y resolverlos en la iglesia? ¿Cómo debe ser la sexualidad de un cristiano?

Job responde al segundo Discurso de Elifaz y pide tres cosas: compasión o simpatía con su dolor; que Dios le haga justicia; y desea morir, pero no sin antes ser reivindicado por Dios.

Iniciando la segunda ronda de discursos, Elifaz dice: "Reitero mi mensaje". Repite los argumentos principales de su primer discurso, pero también insulta a Job por lo que ha dicho hasta el momento.

Pablo se presenta a sí mismo y a los apóstoles como servidores de Dios. Ningún pastor, misionero, predicador, obrero cristiano, es mayor que otro, por lo tanto, los corintios hacían mal en sentirse orgullos y hacers partidos o bandos por ciertos líderes en particular.

En 1 Corintios 3, el apóstol Pablo reprende a los creyentes por su inmadurez espiritual, la cual ha provocado divisiones o partidos dentro de la iglesia.