Respiro y escribo. Me pierdo y me vuelvo a encontrar. Pienso que una operación a corazón abierto tiene esta misma exposición, la de un cuerpo (o un alma) desnuda antes les demás esperando componerse.

A veces no encontramos otra forma de protegernos que quedarnos en silencio. Algunas personas lo ven como una señal de debilidad, a mi me gusta pensarlo como una señal de sabiduría y autocontrol.

Amigarnos con el silencio. Aprender en y de él es necesario. Reconocerlo como parte de nuestro tránsito de emociones.

Fragmento de un día reflexivo. Dejar de endulzar, de idealizar, de dejar entrar en nuestras vidas aquello que nos incomoda. Una analogía entre un café amargo y la tristeza de lo que nos rodea.

El 9 de Junio de 1956 los generales Tanco y Valle se sublevaron contra el gobierno de facto que había destituido a Perón en septiembre de 1955. El levantamiento fue reprimido brutal e ilegalmente. Hubo muchos muertos, de los cuales sólo siete cayeron en acción. En los basurales de José León Suárez, un grupo de civiles -algunos de ellos relacionados vagamente con la conspiración; el resto, ajeno por completo a ella- fueron masacrados antes incluso de que fuera dictada la ley Marcial. Unos pocos lograron escapar de la muerte, a duras penas. En 1957, Rodolfo Walsh emprendió la investigación de estos hechos, cuyos resultados publicó en forma de notas en el diario "Mayoría" y, poco después, como libro.