Hace unas semanas, participando en un evento de Seguridad y Salud en la bella ciudad de Santander, no pude más que prometer que no deberían seguir permaneciendo en el olvido. Sí, ellos, los desterrados, los olvidados. En una época en la que casi todos (trabajadores, empresa, medios de comunicación…) hablamos de organizaciones saludables, de la felicidad, del bienestar, de la psicología positiva… ¿qué es de los otros? De aquellos que conviven con nosotros (incluso con mayor frecuencia que los anteriormente citados) y que quizás por no ser nombrados, están cayendo en el ostracismo.