José Javier Salvador Calvo, un nombre que evoca terror y tragedia en España. Este hombre, con un oscuro perfil criminal, perpetró dos crímenes que conmocionaron a la nación. En mayo de 2003, durante unas elecciones municipales y autonómicas, Salvador Calvo arrebató la vida de su esposa, Patricia Maurel, candidata del Partido Popular a la alcaldía de La Puebla de Alfindén en Teruel. Este acto de violencia machista dejó una profunda cicatriz en la comunidad, revelando la cara más sombría de los celos y la posesión.
Tras ser juzgado y condenado por el asesinato de su esposa, Salvador Calvo cumplió su condena en prisión. Sin embargo, una vez liberado, la tragedia volvió a golpear. Esta vez, su víctima fue Rebeca Santamalia, la abogada que había defendido su caso y contribuido a su libertad. Sin mostrar remordimiento alguno, Salvador Calvo acabó con la vida de quien había sido su defensora, sumiendo a sus familias y a la sociedad en un profundo dolor y desconcierto.
El perfil de José Javier Salvador Calvo revela a un individuo manipulador, agresivo y centrado en sí mismo. Su incapacidad para controlar sus impulsos y su propensión a la violencia dejaron un rastro de destrucción y horror a su paso. Sus crímenes sirven como un sombrío recordatorio de los peligros de la violencia machista y la necesidad de una respuesta contundente por parte de la sociedad y las autoridades. Aunque ahora esté tras las rejas, su nombre sigue siendo sinónimo de tragedia y dolor para quienes fueron víctimas de su crueldad.