Contralor Nelson Shack reflexiona sobre la deficiente capacidad de respuesta del Estado en sus tres niveles de gobierno: sistemas de control interno que no funcionan y servidores públicos poco idóneos para gestionar y tomar decisiones que a pesar de las alertas de la Contraloría General, emitidas mediante nuestras intervenciones de control simultáneo, para que los errores detectados en obras, bienes y servicios se corrijan a tiempo, no lo hacen, dejando que los errores se conviertan en horrores irreparables, como la pérdida de una vida.