Con una anécdota digna de comedia italiana de Monicelli, el Dr. Vázquez nos lleva a reflexionar en este episodio sobre el drama social de la violencia familiar, desentramado en los últimos tiempos por el feminismo, y en este caso enfocado desde la perspectiva de clase, con la intención de recordar que las desigualdades sociales siempre condicionan las conductas humanas. Pero que, como ilustra en la anécdota final, no es tampoco en las clases más altas y entre los actores sociales más respetados donde las prácticas machistas se deconstruyen más fácilmente. En el medio, conocemos a una gran mujer, al frente de un hospital en la Venezuela de Chávez, que nos enseña donde hay que sentarse a comer.