Un episodio en voz bien alta, sin lugar para el silencio cómplice de las corrupciones varias que empiezan, como siempre, en la condición humana. Historias reales narradas en primera persona por el Dr. Vázquez detallan el accionar mafioso enquistado en el ámbito de Salud, de aquí y de allá, de ayer y de hoy. La reflexión final invita a seguir preguntándonos como en la canción de la Guerra Civil Española que cantaba Víctor Jara: "Cuándo querrá el Dios del cielo..." 

Como en esas películas en que vamos viendo escenas con narraciones breves, supuestamente desconectadas, pero que encuentran su factor común en el desenlace, aparece este episodio en el que el Dr. Vázquez nos cuenta sobre una explosión en Buenos Aires, la caza de un narco en Colombia, el accionar del FBI en Nueva York, los encuentros con eminentes cardiólogos y hasta un concierto en La Habana con Pablo Milanés. Todo por haber estado, para bien o para mal, en el instante preciso.

Citando a Paco Urondo culmina este episodio en el que el Dr. Vázquez llama nuevamente a tomar conciencia sobre la situación actual con respecto al manejo de la Pandemia especialmente en nuestro país aunque, como siempre, con una mirada global y fundamentada en datos estadísticos concretos y alarmantes. La palabra justa, ausente en todos los ámbitos aparece, en este caso, en los tweets del Dr. Jorge Rachid.

Siempre meterse es arriesgarse. Cuando el consejo de no hacerlo tiene que ver con la prudencia de saber en dónde estamos, puede servir para evitar situaciones como las que el Dr. Vázquez recuerda al principio del episodio, que si bien tienen el trasfondo de desigualdades sociales de larga data, el hecho de poder contarlas después, puede hacerse con humor. Pero cuando el "no te metas" de una sociedad permite un genocidio como el que recordamos el 24 de marzo, resaltar aquellas que dijeron no y aquellos que se metieron a defender a otros, es una forma de homenajear a todos los demás, que tampoco hicieron caso y se metieron... para hacer un mundo mejor.

Postales de la infancia en los años 50, que el paso de los años no destiñe, son algunos de los relatos que nos regala el Dr. Vázquez en este episodio. Cuando no había ni para figuritas ni camisetas para el equipo de la cuadra, cuando la radio era la maravilla y remontar un barrilete, el premio de una construcción paciente y colectiva. Cuando un viaje a Mar de Ajó podía durar 48hs, la solidaridad y el actuar correctamente podían personificarse en un chofer de micro, volviendo su apellido inolvidable, como una figurita difícil de encontrar incluso en estos tiempos. 

Este episodio comienza con el relato de la épica jornada del 25 de mayo de 1973. La plaza y la liberación de los presos políticos en Devoto esa misma noche por la presión de los compañeros para que la llegada del gobierno popular fuera igual fiesta para todos. En el plano profesional, el Dr. Vázquez nos cuenta cómo a partir de ideas solidarias también pudo sostener un equipo de trabajo cooperativo durante muchos años en una larga lista de centros médicos del país. Las mismas ideas que avalaron su decisión de jamás cobrar por enseñar a un colega algo que redundara en beneficio del paciente, considerando que, el saber mejorar la calidad de vida de alguien, es para todos o ninguno.

El Dr. Vázquez enfatiza en este episodio las cuestiones verdaderamente importantes relacionadas con la pandemia al día de hoy. La pertenencia de Argentina a la lista de países que en lugar de bajar la circulación del virus, la mantienen estable o incluso en aumento, así como los criterios utilizados a la hora de repartir las vacunas. También nos recuerda con el Titanic y la ocupación de los botes, que las cuestiones de privilegio y el tráfico de influencias tienen raíces más profundas en la sociedad, y que si queremos mejorarla podríamos empezar por dejar de medir con doble vara ética a las personas según su ideología, y fundamentalmente juzgarlas por toda la obra de sus vidas.

El Dr. Vázquez repasa en este episodio los recuerdos de otras personas que también dejaron huella profunda en su vida. Desde los alpinistas desaparecidos en el Aconcagua con quienes compartió pocos pero imborrables días en comunidad mochilera, hasta reconocidos profesionales con los que le tocó trabajar y transitar la historia de los avances científicos en el ámbito de la cirugía cardiovascular. Todos inolvidables.

Entre recuerdos entrañable de compañeros de la talla de Cacho El Kadri o Eduardo Luis Duhalde, y la rabia de recordar que hay quienes trafican con la muerte como dice Serrat, transcurre este episodio en que el Dr. Vázquez nos lleva en un vuelo a Madrid, al casino de Mar del Plata y a una farmacia italiana, así como a una reflexión final sobre las personas en sociedad y el rol del Estado, que es para escuchar muchas veces. Para tener siempre presente las palabras de El Kadri: "Y ganaremos cada vez que algún joven sepa que no todo se compra ni se vende, y sienta ganas de cambiar el mundo."

En este episodio de actualización sobre la Pandemia, el Dr. Vázquez nos advierte sobre el peligro de sostener un discurso oficial basado en creer que únicamente las campañas de vacunación serán la salida de esta crisis mundial sanitaria. Alertar sobre la importancia de ir hacia un verdadero descenso de circulación del virus, pero fundamentalmente tomar medidas firmes para conseguirlo, así como enfocarse en el desarrollo soberano de vacunas, concluye, es lo que todo gobierno responsable debería estar haciendo ahora.