La validación del ser humano es un tema tabú que por generaciones décadas siglos años, se ha mantenido estancada por qué porque si un individuo comienza a pensar muchos otros, se van a contaminar con esa idea subversiva y eso puede causar una desestabilización social de los esquemas y los fundamentos que se vienen practicando por décadas, por lo tanto, la validación es un tema que ya se da por sentado y entendido, es decir Dios o los dioses o las grandes divinidades o espíritus, ya los dejaron establecidos y se los comunicaron a los sacerdotes Chamanes y espiritistas o aquellos intermediarios espirituales que se comunicaban con ellos, además de la época de los caciques hasta la actualidad siempre se ha mantenido un silencio total, es decir, el mensaje está dado, está dicho y se tiene que implementar y aplicar así como se da, no hay fallos, no hay oportunidad ni espacio para críticas o evaluaciones de un sermón, una crítica o una regla Para poder evaluarlo, mejorarlo o sobre todo vetarlo, es decir, los pensamientos celestiales, dados a aquellos interceptores o aquellos que se conocen como vínculos entre el hombre y la divinidad de los seres divinos, llamados dioses o inmortales, no se cuestionan, por lo tanto, la validación del hombre no es permitida o dada el derecho a cada individuo, a reconocerse, por sí mismo, como un individuo y verse sus fallas, sus derechos, sus deberes Sus limitantes y sus sueños y ambiciones. La sociedad es la gran guardiana y la civilización que se encarga de mantener a raya los pensamientos dentro de las distintas ciencias, y la vanguardia filosófica o ideológica, se encarga de monitorizar aquellos pensamientos, subversivos y sobretodo apaciguarlos y desaparecerlos o reprimirlos.