Las prácticas de Recursos Humanos en Panamá se rigen principalmente por una legislación laboral que busca proteger al empleado, lo que implica una gestión cuidadosa de contratos, salarios, y beneficios. Las empresas deben asegurarse de que sus políticas de contratación y retención estén alineadas con el Código de Trabajo panameño, incluyendo aspectos como la jornada laboral, el salario mínimo, y las prestaciones sociales.