La historia de Marisol es la de cualquier mexicanx dispuestx a enfrentar todo tipo de riesgo con tal de llegar a la tierra prometida. Allí donde la vida transcurre sin obstáculos, donde se obtiene lo que se desea, donde se puede ser feliz. Pero como todo sueño, el despertar puede ir acompañado de una verdadera pesadilla.
Esta es la historia que eligió contar Gigi Saul Guerrero en su película Cultural Shock. Y ella sabe muy bien de lo que se trata.
Marisol, interpretada por Martha Higareda. Foto: Richard Foreman/Hulu
Cuando yo me mudé con mi familia de la ciudad de México a Vancouver, Canadá, que es donde vivo ahorita, el choque cultural fue muy intenso. Yo no hablaba mucho el inglés. Con mi familia queríamos un cambio, pero la verdad fue un cambio muy difícil. Tenía unos 14 años. Yo ya sabía más o menos qué onda en México.
Estas palabras de Gigi Saúl Guerrero al inicio de nuestra conversación, ponen en contexto el mundo difícil, a veces hostil al que se enfrentan los que inician el proceso de migrar a otro lugar, lo hagan con o sin papeles. El choque es el mismo, dice ella.
La película tiene tres diferentes mundos y visualmente parecen tres películas diferentes explica la directora. La película cambia por completo en los tres actos. Y eso era algo muy importante para ella porque cuando “yo me mudé con mi familia a Canadá, el choque cultural fue muy intenso”.
El desarrollo de la película
El primer acto empieza en español y en la frontera del lado de México.
"Visualmente se siente que vamos a ver una película muy mexicana, muy real, explica Gigi. “Como es una película de terror y estamos hablando de un tema muy delicado, la situación de cruzar la frontera ya es de terror. Da miedo. Tienes que estar muy desesperado para hacer algo tan miedoso. Yo me conecté mucho con esos temas”.
Gigi Saúl Guerrero no intenta esconder la realidad su país de origen. México tiene sus problemas dice y quiso mostrar eso también. La economía, la frustración por la falta de dinero, los miedos de las mujeres de andar solas son algunos de los grandes problemas de la sociedad. “Quise ser honesta y mostrar esa realidad también. Además de las hermosuras de las tradiciones, del lenguaje, de la religión. Todo al mismo tiempo.”
El segundo acto transcurre con los personajes en un lugar que se asemeja al paraíso, Pleasantville. Todo es felicidad en el mundo de los años 50 en Estados Unidos. Era la posguerra, la prosperidad económica desborda las calles.
“Es un cambio tan intenso, mudarte a otro país. Quise hacerlo tan literal a ese cambio que cambiamos la manera de filmar. Me pregunté ¿Cómo sería si todo fuera tan perfecto? Demasiado perfecto para ser verdad! Y eso a mí me da pavor, porque no confío en algo tan perfecto”
Foto: Richard Foreman/Hulu
Gigi dice riéndose que se divirtió mucho haciendo esta segunda parte.
El tercer acto es el definitorio. Es el más corto y el más importante para la directora.
“Allí nos hacemos las preguntas fundamentales. ¿De dónde viene el sueño americano. ¿Dónde quedaron atrapados estos personajes?
El tercer acto es esencial. Es el momento en que lo increíble del género del terror permite manipular y extender tu tema a extremos que no puedes hacerlo con dramas o comedias. Me emocioné muchísimo en mostrar un extremo de la realidad de lo que estamos pasando en la frontera.
Lo quería mostrar así de horroroso al final. Y para que los que salgan de la película tengan algo en qué pensar”.
¿México o Canadá?
La pregunta no es la buena, expresa Gigi. Se puede vivir con dos mundos adentro.
.Gigi Saúl Guerrero. Foto: Greg Gayne/Hulu
“Mucha gente me pregunta si prefiero México o Canadá. Pero no puedo contestar a eso. Porque son dos mundos completamente diferentes.