Tanto de los creyentes que llevan años conociendo al Señor, como de los que apenas están dando los primeros pasos de fe, hemos escuchado decir que sacar tiempos a solas con Dios es una verdadera lucha…

Sabemos que lo necesitamos, que es bueno y que si nos hacemos llamar creyentes de un Dios único y verdadero, es porque creemos que Él es real y que por tanto tenemos una relación con Él.

Imagínate una escalera muy larga junto a una pared. Ahora piensa en tu vida como el proceso de subir por esa escalera. ¿No sería una tragedia si al llegar al tope encuentras que te hallas en la pared equivocada?

Fuimos creados para una relación de amor con Diosy este será el aspecto individual más importante de nuestras vidas y lo que define qué pared estamos escalando.

Dios es nuestra vida, lejos de Él, estamos muertos, Dios ha demostrado su amor al entregar a su único hijo en sacrificio por nosotros, podemos mostrar nuestro amor por Dios al cumplir sus mandamientos y en respuesta a esa relación de amor, Dios ha prometido vida eterna, su amor y que nada podrá separnos de su amor. Porque Él nos amó primero. ¿Que es lo único que Dios quiere de ti? -Que lo ames con todo tu ser. Tu vida depende de la calidad de tu relación de amor con Dios.

Dios habla con propósito, eso es lo primero que debemos tener en cuenta. Cuando Él le habló a Abraham lo hizo para decirle que tenía un plan que llevar a cabo del que quería que él hiciera parte. Lo mismo pasó con Moisés, Jonás, Noé, los discípulos y varios personajes de todas las historias bíblicas. Nunca se ha tratado de ellos, siempre se ha tratado de lo que Dios quiso hacer con sus vidas y de lo que quiere hacer con la tuya.

Cómo podemos conocer a alguién? relacionándonos con esa persona. De igual modo con Dios no hay un método, una fórmula o una serie de pasos a seguir más que tener una relación íntima con Él. Pasa tiempo con Dios, en su palabra, pregúntale, pasa tiempo en silencio para que el te hable, es solo a través de conocerlo y relacionarse con él que aprenderás a reconocer su voz y podrás seguirlo.

En la biblia Dios es quien toma la iniciativa. Ninguna de las personas a quienes Dios encontró pudieron seguir siendo los mismos después del encuentro. Cuando caminamos con Dios es Él quien toma la iniciativa para realizar lo que quiere hacer. Cuando tienes tu vida centrada en Dios, incluso el deseo de hacer las cosas que agradan a Dios proceden de la iniciativa de Dios en tu vida.

Muchos conocemos esa increíble historia heroica donde Dios libera al pueblo de Israel de la tierra egipcia después de años de esclavitud y maltrato, cómo le habla a Moisés a través de una zarza en fuego, como envía las plagas contra el pueblo Egipcio y libera al pueblo de Israel. Pero recordemos esto: ese mismo pueblo que vio todas esas señales y aún más, pasó 40 años en el desierto pagando su desobediencia y no tocó tierra ni bebió agua de aquel paraíso para el cual lo llevaba Dios.

Para tener una vida centrada en Dios debemos enfocar nuestra vida en los propósitos de Dios y no en nuestros propios planes. Cuando Dios decide que es tiempo de hacer algo en el mundo, toma la iniciativa y se acerca a algún ser humano para hablarle. Por alguna razón El ha escogido relacionar a su pueblo en la realización de sus propósitos.

Dios nos ha dotado a cada uno de nosotros con diferentes dones y talentos, los cuales nos fueron dados para que podamos bendecir a otros y él mismo que te creó, te está llamando para que hagas parte de su plan, un plan en el que Él te quiere usar porque te conoce y sabe que de lo que has recibido, puedes dar a otros. ¡No dudes tanto y no temas! Puedes glorificar al Señor con tu vida y si tus debilidades te hacen pensar lo contrario, recuerda que su poder se perfecciona en tu debilidad

A menudo actuamos creyendo que Dios nos dice lo que quiere que hagamos y luego nos deja para ver cómo nos las arreglamos para hacerlo. Después, si lo necesitamos, acudimos a Él para que nos ayude… Pero eso nunca ha sido el cuadro bíblico. cuando Dios va a hacer algo, Él se lo revela a su pueblo. Él lo quiere hacer mediante su pueblo o por medio de su siervo. En este espisodio veremos cómo Dios puede llevarte a donde Él quiere que estés y así encontrarás plenitud en su perfecta voluntad.