Llegamos al matrimonio con grandes expectativas, y pronto nos damos cuenta de que el "Vivieron felices para siempre" solo es parte de un cuento de hadas, porque la felicidad no depende de nada mágico, para lograr un matrimonio exitoso hay que trabajar duro haciendo cada quien su parte, esto es trabajo en equipo. Pero es todavía mejor cuando tenemos a Dios en nuestro equipo.