cierta vez te conté la historia de A Sergei Krikalev, astronauta ruso, a quien le tocó pasarla mal por casi un año cuando, tras la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), su regreso a la Tierra fue pospuesto. De iniciar una misión de solo cinco meses, pasó 311 días en el espacio y cuando regresó, era técnicamente; el último soviético. Cuando estás fuera del planeta, los problemas fronterizos son absurdos. También, cierta vez te enseñé que del tamaño de la criatura es su frontera: para la hormiga, para el pez, para el hombre natural, según la criatura es más grande su frontera. Para Sergei Krikalev ya era un planeta; para el hombre celestial, el universo es pequeño.