Esta mensaje se centra en el compromiso de representar a Dios con integridad en todos los aspectos de nuestra vida, haciendo hincapié en que ser un verdadero representante implica saber decir "no" incluso a cosas buenas si estas no forman parte del plan de Dios para nosotros.

Este mensaje de la pastora Yesenia Then trata sobre el principio fundamental de poner a Dios siempre en primer lugar para ordenar la vida y fortalecer el carácter. Explica que la verdadera autoridad espiritual y la paz provienen de renunciar a la autosuficiencia y vivir bajo la dirección y voluntad divina.

Esta segunda parte desarrolla las tres estrategias restantes para la victoria:

1. Evitar el peligro: Reconocer la propia debilidad ("criptonita") y evitar activamente situaciones o personas que lleven a la distracción o al pecado.
2. Conquista espiritual: Entender que la victoria física se logra primero por la fe en el espíritu; hay que creer y prepararse por lo que se ha oído de Dios, aun viendo solo una señal pequeña.
3. Identificar y recuperarse: Ser honesto sobre la condición actual, tomar acciones necesarias, y cerrar ciclos del pasado (buenos o malos) para enfocarse en el futuro que Dios tiene.

En esta primera parte, se detallan dos estrategias clave:

1. La respuesta amable calma el enojo: Se debe responder con mansedumbre para desactivar la ira y evitar ser provocado. El objetivo es ganar a la persona, no la discusión.
2. No tomar decisiones por presión, sino por dirección: Se advierte contra la ansiedad y la prisa (como el error del Rey Saúl), aconsejando permanecer en obediencia a Dios, incluso cuando los plazos de tiempo hayan terminado.

El mensaje se centra en la necesidad de edificar la vida sobre fundamentos y leyes divinas, destacando que los principios son el cimiento inamovible que sostiene el carácter, guía las decisiones y asegura el avance en el propósito de Dios.

La oración no es un fin, es un VEHÍCULO que trae provisión, libertad y la respuesta de Dios. ¡Él ya oyó tu petición y no se quedará con los brazos cruzados!

Aprende a ser un colaborador de Dios, edificando sobre el fundamento de Jesús con los materiales correctos (oro, plata, no ojarasca), pues tu obra será probada por fuego. La clave es el entendimiento y la preparación constante para recibir y sostener el crecimiento de Dios.

Las señales de que una promesa de Dios está por cumplirse son:

1. Alineación: Dios te insta a ordenar tu vida (perdón, legalidad, finanzas).
2. Cansancio: El enemigo busca desgastarte justo antes de dar a luz la promesa.
3. Colaboración: Dios trae personas idóneas y talentosas para respaldar tu visión.

A través de la historia de Caleb, aprenderás que la misma fuerza y unción que Dios te dio para recibir una promesa es la que te ayudará a despojar a los gigantes y a tomar posesión de aquello que legítimamente te pertenece, sin importar la dificultad.

Aprende los principios bíblicos y espirituales esenciales para no solo recibir de Dios, sino para multiplicar, expandir y desarrollar al máximo todo don, talento y recurso que toque tu vida.