HISTÓRICO, RETADOR Y DE BUEN SABOR.
Apostando a reivindicar la imagen del villano mexicano, aunque sea sólo en lo que dura una taza de café.
En una esquina de la Plaza de la República, Don Porfirio ve pasar los días, taza tras taza, con el sabor del café de su natal Oaxaca. Sus amores y hasta su incomodo yerno acompañan el espíritu del controvertido villano de la historia de México, en una cafetería que captura los gustos afrancesados del General.
Desde hace cinco años, Finca Don Porfirio apuesta al sabor del café artesanal de las tres M: mezcla, molido, mano. Su carta a blanco y negro hace homenaje al expresidente mexicano.
Sus imperdibles son los molletes Don Porfirio y el molinillo de Oaxaca, una bebida preparada de cacao.
El acogedor espacio amenizado por el jazz tiene, entre otras cosas libros que reivindican y nos dejan qué pensar sobre la figura contrastante del mandatario que buscó modernizar México y se apoderó de la presidencia por más de 30 años.
Actualmente se busca juntar llaves para hacer con ellas un busto a Don Porfirio en su tierra natal. ¿Lo lograrán?
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