Si subestimamos transmitir una cultura de fe a nuestras generaciones, nos encontraremos con individuos carentes de vida espiritual, pero con un gran apego a una vida material. Establece vida espiritual en el hogar en donde la experiencia de esa vida, sea Dios y su Palabra. Asegura el futuro, con generaciones que amen a Dios y amen a su prójimo.