Un lugar Sagrado por excelencia lo encontramos aquí, en el Complejo Arqueológico de San Juan el Alto, donde bullía una intensa actividad de culto hace más de 2000 años al amparo de la protección que entonces brindaban las pétreas murallas del castro vettón, cuyos restos aún se dejan ver entre la abundante vegetación de bosque mediterráneo de la zona.
Doce altares, entre sacrificios y ofrendas, dotan a este espacio de una connotación sagrada como pocos, ya que esa cantidad (y variedad) de altares en un solo castro supone una singularidad de la que Santa Cruz hace gala.