Santa Cruz ha estado históricamente ligado a Cruces de Caminos, a Vías de Paso, a Puertos óptimos para atravesar zonas montañosas, a Sendas de Tránsito y Peregrinación desde centurias atrás, como lo demuestra la importante vía de peregrinación que en tiempos medievales atraía a gente de toda índole y condición hasta el pozo de aguas milagrosas que hay en el Convento de los Agustinos, un pozo cargado además de misterio y magia a partes iguales, y que permitía aliviar tanto los males del cuerpo como los del alma.

Vamos a iniciar un recorrido espiritual, un viaje simbólico por el interior de la iglesia de la Vera Cruz de Santa Cruz de la Sierra.

Estamos frente a un templo de estilos mixtos, en el que se fusionan el románico y el gótico, pues las 5 arcadas mayores que contemplamos son de arcos apuntados (propios del gótico), así como los motivos florales que adornan sus columnas.

Un lugar Sagrado por excelencia lo encontramos aquí, en el Complejo Arqueológico de San Juan el Alto, donde bullía una intensa actividad de culto hace más de 2000 años al amparo de la protección que entonces brindaban las pétreas murallas del castro vettón, cuyos restos aún se dejan ver entre la abundante vegetación de bosque mediterráneo de la zona.

La plaza Mayor de Santa Cruz de la Sierra, llamada plaza de España, se erige como el núcleo neurálgico del municipio, lugar de expansión lúdica y de concentración de servicios: desde negocios artesanales tradicionales como una churrería hasta cafeterías y tiendas; todo ello enmarcado en un patrimonio edilicio que aúna el arte sacro (representado por su iglesia de la Vera Cruz) y el civil (antiguas casas solariegas, palacios y soportales).

De familia acomodada, Ñuflo de Chaves eligió la carrera de las armas y la aventura, partiendo de Cádiz a finales de 1540 y navegando allende los mares hasta que en 1542 llega a lo que hoy es Paraguay, formando parte del ejército de Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Con el tiempo, dadas sus dotes de mando y su popularidad entre los soldados, llegó a agrupar bajo su mando a 150 españoles y 1.500 indígenas.

Para unos Sierra de Santa Cruz, para otros Sierra del Puerto, se caracteriza topográficamente por ser un monte-isla que se yergue sobre la penillanura circundante ofreciendo una atalaya de indiscutible importancia estratégica como control de paso y control defensivo del territorio.

Sin duda esa posición topográficamente privilegiada estaría claramente ligada a los caminos y rutas que esas ancestrales culturas utilizaban en su devenir por los distintos territorios. Esas vías naturales de paso y tránsito fueron reutilizadas por culturas prerromanas para sus desplazamientos, así como romanas a través de sus calzadas.

La Santa Inquisición era una institución eclesiástica y solo podía actuar ante los bautizados, es decir, cristianos, moriscos (musulmanes que se habían convertido al catolicismo) y judíos conversos (judíos que habían sido bautizados, abrazando así el Catolicismo). En ningún caso actuaría sobre musulmanes ni judíos, al menos hasta que fueron obligados a convertirse al Catolicismo: los judíos en 1492, fecha en la que fueron obligados a convertirse o a marcharse, so pena de muerte si desobedecían.

Ermita, crucero y Camposanto conforman un todo indisociable que arrastran el peso de la historia, conformándose como un lugar de visita obligada a todo aquél que pretende adentrarse en los misterios de Santa Cruz.

Además, la posición céntrica de Santa Cruz en el mapa regional otorga a este municipio la ventaja del desplazamiento a cualquier rincón de Extremadura en cortos espacios de tiempo. La bonanza de sus carreteras y la profusión de servicios lo favorecen.